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Carlos Lechuga renuncia a Unión de Escritores de Cuba tras represión del gobierno al pueblo

El cineasta Carlos Lechuga renunció a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), a la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y al Registro del Creador tras la cruda represión del gobierno cubano contra el pueblo, luego que este se alzara en protestas, desde el pasado 11 de julio.

Con un radical mensaje, al estilo del artista de las letras, Lechuga escribió tanto Facebook como Instagram que “no puedo ser parte de una vida social donde un ministro de cultura es un golpeador, el presidente del país es un asesino y las instituciones apoyan esto”, denunció.

El director de la película “Melaza” compartió una imagen donde se ven rotos los carnés acreditativos de esas organizaciones. “Renuncio a la UNEAC, no sé si soy de la AHS, pero renuncio igual, así como al REGISTRO DEL CREADOR y todo lo que apoye que a un padre cubano entren a balearlo en su hogar delante de sus hijas”, escribió en el post.

La drástica acción recibió de inmediato innumerables reacciones. No obstante, el artista considera que este hecho “no es un gran gesto, no es nada”, según respondió a muchos cubanos, pero sus paisanos calificaron la decisión como una gran muestra de desprendimiento y solidaridad por parte del cineasta.

Para continuar su posición, Carlos indicó que una vez rompió relación con quienes pertenecen a un Estado represor y dictatorial como es el caso de la UNEAC,  ahora puede «dormir mejor”. Asimismo, aclaró que “por suerte nunca me consideré parte de la comunidad eictveana”.

Parte de los comentarios que recibió tras esta decisión fueron: “Eres UN Cubano digno de orgullo y con muchos cojones Carlos así que siéntete Orgulloso de ser Cubano como los que nos sentimos Cubanos y solo eso!! Ellos tienen apellido Comunista y no nos olvidaremos”. “Con dos cojones. El talento no necesita diplomas ni carnets, y menos si están manchados de sangre”.

Muchas personas aplaudieron la acción del director de cine cubano y le mostraron total admiración y solidaridad por su decisión. “TE ADMIRO!!! Ojalá que todos los que dan discursos bonitos, profundos y analíticos usaran menos palabras y llamaran a la dictadura por su nombre… aquellos, mis compañeros del ISA que no fueron condenados al exilio y pudieron hacer brillantes carreras, marcadas por el silencio y la indigencia moral», se lee en otro de los mensaje de la caja de comentarios.

«No es gran cosa, dices? Puede que no… el gesto en sí no exige esfuerzo físico especial… pero su trascendencia echa a volar una simbología que se volverá en la vergüenza de los calladitos, de los intelectuales miedosos filotiránicos. ¡GRACIAS! Carlos Lechuga… desde Berlín… Hoy se hizo aquí también un segmento breve y emotivo de historia. ¡Por Cuba!”.

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