Congreso de EEUU aprueba legislación a favor de los participantes del 11J
La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este miércoles 3 de noviembre una iniciativa en apoyo a los manifestantes del 11 de julio en Cuba.
La Cámara Baja del Congreso aprobó la legislación con 382 votos a favor y 40 en contra. Ahora pasará al Senado, para finalmente ser enviada a la Casa Blanca, donde el presidente Joe Biden deberá firmarla para convertirla en ley.
Las protestas del 11J conformaron el mayor levantamiento social en seis décadas, que atrajo la atención de los medios de todo el mundo.
Legisladores y políticos cubanoamericanos mostraron su apoyo a la ciudadanía desde el primer día, condenando la violencia con que respondió el gobierno de la Isla.
La legislación aprobada este miércoles, expresa la “solidaridad” de EEUU con los cubanos detenidos el 11 de julio y condena los “actos de represión” del gobierno de Cuba.
También solicita la “inmediata liberación” de los que fueron detenidos “arbitrariamente” durante las protestas, informó la agencia EFE.
El proyecto fue impulsado por la legisladora demócrata Debbie Wasserman-Schultz, con el apoyo del republicano Mario Díaz-Balart, ambos representantes del Estado de Florida, donde reside la mayor parte del exilio cubano.
“Eche un buen vistazo a los que están en el lado equivocado de la historia. Estos miembros votaron en contra de una resolución bipartidista que condena la opresión de la tiranía cubana y juraron solidaridad con el valiente pueblo cubano que exige la libertad. Se trata de una cuestión de derechos humanos básicos y democracia”, escribió Díaz-Balart en Twitter.
El funcionario añadió a su publicación la lista de los 40 representantes a la Cámara que votaron contra la resolución, cuya aprobación llega a unos días de una nueva protesta en Cuba, que también se espera sea masiva.
La Marcha Cívica por el Cambio, convocada por la organización civil Archipiélago, fue prohibida y criminalizada desde el momento de su anuncio.
Asimismo, el régimen de Cuba anticipó la represión contra sus participantes, muchos de los cuales ya han sido detenidos, acosados y amenazados desde hace semanas.
El gobierno de EEUU, por su parte, adelantó que habrá sanciones contra los dirigentes cubanos si se violan los “derechos fundamentales” de la población durante la marcha.
