Cubana muere por dengue en Villa Clara mientras el régimen sigue en negación
Las autoridades han hecho poco por combatir la plaga de mosquitos e incluso han dejado la responsabilidad en la población, mientras los hospitales siguen sin recursos para los enfermos
Otra cubana se suma a la lista de muertos por dengue hemorrágico en Cuba, esta vez en el municipio Cifuentes, en Villa Clara.
La comunidad amaneció de luto tras la muerte de Adelaida Yanes, una mujer de 63 años que falleció a causa del dengue hemorrágico, una enfermedad que sigue cobrando vidas en Cuba mientras el régimen minimiza la gravedad de la crisis sanitaria que azota a la Isla.
La noticia se difundió a través de redes sociales, donde familiares y vecinos lamentaron el fallecimiento de Yanes, una madre muy querida en su comunidad.
Sin embargo, más allá del dolor, el suceso ha despertado una ola de indignación entre los cubanos, que denuncian la inacción del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) ante el avance del dengue y otras arbovirosis que se propagan sin control en varias provincias del país.
El brote de mosquitos Aedes aegypti, transmisores del virus, se ha salido de control por la falta de fumigación, productos químicos y personal de saneamiento, consecuencia directa del deterioro del sistema sanitario cubano.
En muchas zonas, los propios vecinos deben intentar controlar las plagas con métodos caseros ante la ausencia de brigadas estatales.
La muerte de Yanes no es un caso aislado. En Matanzas, hace pocos días, otro joven perdió la vida víctima del dengue hemorrágico, lo que provocó la alarma ciudadana y la indignación generalizada por el silencio del régimen.
Solo tras semanas de denuncias públicas, el MINSAP admitió la existencia de tres muertes por dengue en lo que va de 2025, aunque sin ofrecer detalles sobre edades, lugares o condiciones clínicas de los fallecidos.
Esa falta de transparencia ha sido duramente criticada por la población, que percibe el manejo de la crisis sanitaria como una estrategia de encubrimiento.
Los hospitales, según reportes ciudadanos, se encuentran colapsados, sin reactivos, sin medicamentos básicos y con condiciones insalubres que agravan el riesgo de contagio.
En paralelo, Cuba enfrenta la circulación simultánea de dengue, chikungunya y fiebre de Oropouche, además de virus respiratorios estacionales y brotes de hepatitis A en centros educativos y comunidades rurales.
Pese a ello, las autoridades han optado por la discreción mediática, sin ningún esfuerzo por combatir tampoco la presencia de mosquitos en todas las provincias.
La muerte de Adelaida Yanes se suma a una lista que crece bajo el silencio oficial. En lugar de soluciones, el pueblo cubano se enfrenta a la negligencia de un sistema de salud cada vez más deteriorado, incapaz de garantizar medidas básicas de prevención.
La propaganda estatal insiste en hablar de “éxitos médicos”, pero en los barrios la realidad es otra: la Isla está enferma, y el gobierno parece no tener cura para su propio abandono.
