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Cubana que murió en Rusia “temía la discriminación por ser trans, negra y tener VIH”

A finales del pasado mes de mayo se dio a conocer, a través de las redes sociales, la muerte en Moscú de la cubana Yenifer León, de 34 años, por un grave cuadro pulmonar derivado de una neumonía.

Sin embargo, existen muchos datos desconocidos alrededor del fallecimiento de la isleña, fiel a las creencias de Yemayá y a quien le faltaban tres meses para cumplir su año de iyaworaje y finalmente hacerse santa.

De acuerdo con reportes del diario español El País, Yenifer, natal de Matanzas, arribó en abril a la capital rusa para hacer “compras” y cargar sus maletas con ropa y menajes de cocina para revender en la Isla. Era la segunda vez que ejercía de “mula”. Entre su lista de prioridades en Moscú también figuraba hacerse una sesión de fotos en la plaza Roja y comprarle un gorro típico ruso a su madre.

Lamentablemente, los planes de León —como el de otros cientos de cubanos— se vieron interrumpidos por la llegada del coronavirus (Covid-19), el régimen de cuarentena y el cierre de fronteras. A raíz de la crisis sanitaria, tuvo que aislarse en un pequeño apartamento lleno de cucarachas que compartía con otras cinco personas en Moscú.

“Había llamado insistentemente al consulado cubano sin recibir ninguna respuesta. Tenía miedo de la policía, de la discriminación por ser trans, negra y tener VIH”, detalló el rotativo.

Poco a poco, el dinero se le fue agotando, así como los fármacos antirretrovirales que tomaba.

No fue coronavirus

El 5 de mayo Yenifer empezó a sentirse mal y fue ingresada por sospecha de coronavirus, pero las pruebas dieron negativas. El 22 de ese mismo mes, fue diagnosticada con neumonía vírica y trasladada al Moscow City Clinical Hospital “V.M. Buyanov”. Ahí permaneció cinco días en una sala con las paredes desconchadas y húmedas, destinada a pacientes con VIH y donde se quejaba constantemente del frío.

“No hablaba ruso y solo podía comunicarse con el traductor de Google”, comentó Anna Voronkova, voluntaria que colabora con la comunidad cubana. “Su caso ejemplifica que si no sabes el idioma o las reglas, si no sabes navegar por la burocracia de papeles es como si no tuvieras derechos. Y más si eres una mujer trans en un país como Rusia”.

Cuando Voronkova llamó al centro, menos de una semana tras su hospitalización, se le comunicó que Yenifer había fallecido por tener dos tercios de sus pulmones muy dañados.

Ahora, su madre Carmen y hermana se encuentra a la espera de información por parte de las autoridades consulares cubanas para poder repatriar el cuerpo. “Estamos destrozados, nadie nos dice nada”, lamentan.

¿Dónde está la ayuda consular?

El protocolo sanitario indica que las personas que residían junto a Yenifer y mantuvieron contacto directo con ella tendrán que ser sometidas a pruebas de tuberculosis y, de ser necesario, recetadas con profilaxis farmacológica. No obstante, ningún representante de la cancillería cubana o el departamento de Sanidad de Moscú ha tratado de localizar al entorno de la cubana.

“Desafortunadamente, los ciudadanos extranjeros con VIH rara vez reciben atención médica de buena calidad en Rusia, donde se enfrentan a grandes barreras legales para conseguir la medicación”, explicó Anton Eremin, especialista del Centro Regional de Sida de Moscú y consultor en la Fundación SPID.

“Además, no saben a quién pedir ayuda, no pueden comunicarse por la barrera del idioma. Y muchos temen revelar su estado por el estigma sobre el VIH. En el caso de Yenifer, la estigmatización de las personas trans también obstaculiza la atención de calidad. Así, sin una protección legal o atención médica adecuada, estas personas son hospitalizadas en una etapa posterior, cuando el tratamiento es más complejo y menos efectivo”.

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