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Cubano conductor de Uber es atacado en Charlotte por motivos raciales

El ataque inició cuando un cliente, claramente intoxicado, cuestionó al conductor sobre su país de origen y su estadía en los Estados Unidos

Un conductor cubano de Uber identificado como Osvaldo Rivera McIntosh, que labora en Charlotte, Carolina del Norte, fue víctima de un brutal ataque iniciado aparentemente por motivos raciales el pasado 3 de mayo.

Un pasajero, tras preguntarle sobre su país de origen y su estancia en Estados Unidos, reaccionó violentamente, intentando estrangularlo con su propio cinturón de seguridad y golpeándolo dentro del vehículo mientras este se encontraba en movimiento.

El incidente ocurrió en la zona de Providence Road, cuando Rivera recogió a un cliente aparentemente intoxicado.

El agresor comenzó a hostigarlo con preguntas sobre su nacionalidad y, al confirmar que Rivera era cubano, desató la agresión física.

Gracias a la cámara instalada en el vehículo, el conductor pudo registrar parte del ataque, donde se observa cómo el agresor envuelve el cinturón alrededor de su cuello e intenta asfixiarlo con las manos.

La violencia solo cesó cuando una patrulla privada intervino en el lugar. El atacante, que además intentó agredir a los agentes, aún no ha sido identificado ni detenido.

Por ahora, la policía investiga el caso como un posible crimen de odio. Uber suspendió la cuenta del pasajero, mientras que el FBI aseguró haber sido notificado sobre el suceso.

Carolina Reyes Pozada, esposa de Osvaldo, calificó el ataque como “un intento de homicidio motivado por odio y racismo” y denunció que se trata de “un acto de violencia cruel e injustificable” por el solo hecho de ser cubano.

La familia de Rivera, que incluye hijos pequeños y carece de ingresos estables, enfrenta una situación crítica. Osvaldo teme regresar a su trabajo habitual y Carolina enfrenta problemas de salud que dificultan sostener el hogar.

Ante la situación, se creó una campaña de recaudación en la plataforma GiveSendGo con una meta de 10.000 dólares.

Los fondos se destinarán a cubrir gastos médicos, apoyo psicológico, costos legales y necesidades básicas. Sin embargo, después de más de una semana, solo se han recolectado 538 dólares.

“Hoy, más que nunca, necesitamos de tu solidaridad. Queremos justicia y que el agresor responda legalmente. Pero sin trabajo y con los costos que enfrentamos, la situación se vuelve insostenible”, indicó Carolina en un llamado a la comunidad.

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