El cubano Félix Merino había construido todo su patrimonio en el cayo de Gran Guana, cerca de la costa de Abaco, en las Bahamas, un área que fue arrasada por el huracán Dorian.
“Tenía una tienda que estaba llevando adelante y (Dorian) se lo llevó todo”, declaró el cubano con desolación a Telemundo 51.
A la llegada del ciclón, Merino y su hermano se recluyeron en el baño de su casa, donde se protegieron con colchones. Eso es lo que piensa que les salvó la vida.
“Cerramos ahí y pusimos dos colchones y eso nos protegió estuvimos 4 horas ya no me podía parar”, dijo.
Señaló que temía que la crisis humanitaria y la enorme desesperación de quienes lo perdieron todo resultara en episodios de violencia en la isla.
“Esa gente está buscando comida van a las casas no importa quién eres, y le dicen: dame la comida”, declaró al citado medio.
Tras el panorama de destrucción que dejó Dorian a su paso y a medida que las aguas descienden, al antillano le preocupa que la Isla pueda convertirse en un foco de infección para los sobrevivientes.
“Al bajar el nivel del mar están saliendo los cuerpos me llamó un muchacho y me dijo que hay muchos cuerpos en aguas profundas, en el océano” indicó Merino.
Aunque este no es el primer huracán del cubano, que lleva 20 años afrontando estos fenómenos, opina que no había visto devastación como la que dejó Dorian.
“Este fue destrucción total las casa que nunca pensaron que se iban a ir quedaron a nivel del suelo”.
Tras el huracán, Merino viajó a Miami, sólo cargando una bolsa con su pasaporte y sus documentos, lo único que posee ahora. “No tengo nada más”, se lamentó mientras afrontaba su nueva realidad.
Sin embargo, a pesar de haberlo perdido todo se mantiene agradecido y sabe que ahora sólo queda seguir adelante. “Empezar de nuevo a ver que se puede hacer por lo menos estoy con vida”.
