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De luto la Loma del Chaple en La Habana por la muerte de una emblemática vecina

Cocinaba muy rico, daba la bienvenida a los recién llegados, era una madre, modelo, una luchadora y gran amiga. Así describen los vecinos de la Loma del Chaple, conocido barrio de La Habana, a una emblemática y queridísima vecina que falleció la semana pasada.

Se trata de Georgina, una cariñosa y servicial cubana que llenó de alegría a los residentes de la mítica Loma del Chaple hasta el último de sus días. La noticia de su muerte ha conmovido a la comunidad local e incluso a los que crecieron allí, pero llevan varios años viviendo en el extranjero.

El grupo “Loma del Chaple Santo Suárez”, creado en Facebook hace unos años y que sirve como comunidad virtual para los que residieron una vez en el popular barrio habanero, dio a conocer la noticia y funcionó como plataforma para que muchos dieran su último adiós a la señora.

“Mi Georgina ¡Qué triste y amarga noticia! Siempre la quise y la querré, madre, modelo, luchadora, gran amiga y servidora. Le estoy muy agradecida. A toda su familia les doy mi más sincero pésame, para mí fue como una madre. Que en paz descanse”, escribió Carmen Bilbao.

Otro vecino, Eduardo López, afirmó que la Loma ahora “vuelve a estar de luto” y describió a Georgina como “una criolla de pies a cabeza”. También extendió sus condolencias a sus familiares y a sus hijas.

“Sentimos mucho la pérdida de nuestra querida Georgina, figura representativa de la Loma del Chaple. Nuestro más sentido pésame para toda su familia, incluyendo a sus hijos adoptivos, el Bu y el Tuto”, añadió Alina Domech.

Domech decidió compartir en las redes una tierna anécdota con Georgina. “Recuerdo que me complació con un rico congris después de uno de mis partos, porque ella tenía la fama de cocinar muy rico”, escribió.

“A mi papá le decía Profesor, a mi mamá Raquelita, a mi hermano Alain le decía Isac Delgado y a mi hijo mayor le decía Astuto. Pararte en la acera y ver pasar a Georgina y llamarla era algo seguro que te iba a hacer refrescar con una de sus jaranas”.

También publicó una foto de Georgina que tomó hace dos años. “En su portal había una vecina sentada conversando con nosotros y me dice: ‘Somos del mismo Sindicato: el de Boyeros, si, de Mazorra jajaja’. Nos reímos mucho, no había cambiado a pesar de los achaques”.

Otra tierna anécdota con Georgina la compartió Raquel Matos Frómeta, quien dijo que cuando en el año 1973 llegó a la Loma con su esposo “la primera persona que se nos acercó a darnos la bienvenida fue ella”.

“Aún yo no tenía hijos, llegamos al número 23 de San Carlos y al rato apareció (Georgina) con una bolsa de panes con guayaba y a ofrecernos su ayuda con la mudanza. A mi suegra Matilde le gustó mucho aquella persona tan conversadora y solidaria. De más está decir que a partir de ahí la amistad nunca terminó”, expresó Matos.

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