Las autoridades de los Estados Unidos confirmaron nuevamente que no hay planes para sacar a Cuba de la lista de países que patrocinan al terrorismo, a la cual fue añadida durante las últimas semanas de la administración de Donald J. Trump.
Esto fue confirmado por el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, quien fue cuestionado durante una audiencia ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes (HFAC, por sus siglas en inglés), por la congresista cubanoamericana María Elvira Salazar.
El funcionario aclaró que antes de poder sacar a la Mayor de las Antillas de la mencionada lista se debe de realizar primero una revisión que se base “en la ley y en los criterios de la ley establecidos por el Congreso”.
La congresista cubanoamericana continúo cuestionando a Blinken, preguntando si él consideraba que el Gobierno castrista cumplía con los criterios para ser sacado de la lista, a lo que el funcionario contestó con un tajante “no”.
El listado en cuestión fue elaborado por el Departamento de Estado de los EEUU en 1979, y desde entonces, se modifica anualmente para agregar naciones que, de acuerdo con los criterios del país norteamericano, no cooperan en la lucha contra el terrorismo internacional.
Cuando un país es integrado a esta lista, puede sufrir consecuencias significativas, pues esto conlleva a sanciones económicas y restricciones en las relaciones diplomáticas y comerciales con EEUU. De igual manera, significa que puede suspenderse los programas de ayuda externa hacia esta nación.
La Isla fue colocada en esta lista por primera vez en 1982, pero fue eliminada en 2015, cuando la administración de Barack Obama intentó mejorar las relaciones entre ambas naciones. Sin embargo, Trump decidió reintegrarla al listado en 2021, unas semanas antes de salir del poder.
El hecho de que el país se encuentra en la lista afecta especialmente a los ciudadanos cubanos que cuentan con la nacionalidad española, pues estos no pueden viajar a EEUU con ayuda del autorizo de entrada que se obtiene por Internet, denominado ESTA (por sus siglas en inglés).
EEUU le exige visa a estos ciudadanos, sin embargo, el consulado norteamericano en La Habana no realiza estos trámites, por lo que estos se ven obligados a viajar a un tercer país para realizar una entrevista con algún funcionario consular.
