El coronavirus en Cuba sigue cobrando la vida de su gente mientras continúa expandiéndose por las diferentes provincias del país, tal es el caso de Santiago de Cuba, donde un anciano de 80 años, que no fue identificado por el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) murió a causa de la COVID-19.
La cifra de fallecidos se elevó a 132, de acuerdo con el MINSAP. El anciano residía en el municipio cabecera y mantenía antecedentes patológicos como Cardiopatía isquémica y enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica.
Según el reporte publicado en la página web del organismo de salud, el anciano residente en Santiago de Cuba comenzó a presentar síntomas del coronavirus como tos seca y expectoración, por lo que el 13 de noviembre fue ingresado a una sala de personas “sospechosas” pero sin haberle realizado la prueba en primera instancia, por lo que no se sabe si pudo contraer el virus antes o después de ingresado.
“Se realiza PCR y es confirmado positivo a la COVID-19. Fue trasladado a sala de confirmados, es tratado según protocolo para estos pacientes”, detalla el MINSAP en su reporte sobre el coronavirus en Cuba.
El informe detalla que, además que a los cuatro días posteriores a la prueba, se le mantuvo un tratamiento pero luego presentó vómitos y diarreas.
“El día 20 de noviembre en horas de la madrugada presenta agobio respiratorio, hipotensión arterial y sudoración, es trasladado a la unidad de cuidados intensivos, fue intubado y ventilado en modalidad controlada y apoyado con altas dosis de aminas”.
Pero el protocolo en estos casos no funcionó para evitar la muerte del anciano. El MINSAP indicó que las maniobras de reanimación cardiopulmonar no fueron efectivas.
Coronavirus en Cuba
En su último reporte sobre el comportamiento del coronavirus en Cuba, el MINSAP informó que se registraron 35 nuevos casos confirmados, para un acumulado de siete mil 798 paciente infectados en todo el país, siendo Pinar del Río, una vez más, la provincia más afectada por el virus.
De los confirmados, 21 se infectaron en el extranjero, lo que se traduce en que los controles de bioseguridad colocados en los aeropuertos y por los cuales el Gobierno de Cuba exige el pago de 30 dólares, no están previniendo la entrada del coronavirus al país.
