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“El momento más difícil fue el despegue”: habla piloto cubano que llegó a EEUU en un ala delta

El joven dijo que la idea de escapar siempre está presente en la cabeza de los cubanos, y que solo era cuestión de buscar la manera de hacerlo

El piloto Ismael Hernández Chirino, uno de los dos cubanos que lograron viajar desde la Isla hasta Florida en un ala delta motorizada en marzo pasado, habló con la prensa luego de ganar su libertad.

En declaraciones con el medio local América TeVé, Hernández reveló detalles sobre el viaje que cambió su vida, señalando que lo más difícil de todo fue dar ese gran paso.

“El momento más difícil fue el despegue (…) el proceso no hay que pensarlo mucho, hay tanto desamparo en Cuba que ya en tu cabeza está salir, y solo tienes que encontrar cómo”, dijo el joven de 29 años.

Hernández reconoció que el método utilizado por él y David López Alfonso fue poco “convencional”, aunque no está de acuerdo con el que el régimen castrista lo haya tachado de terrorista.

“Terrorismo es el que hacen ellos día a día cuando dejan al pueblo pasando hambre o estrés para conseguir algo tan básico como la comida, o trabajar y que el trabajo no te rinda frutos”, afirmó.

Los pilotos fueron liberados el 25 de agosto, aunque el abogado de migración Willy Allen indicó que sus casos de asilo fueron ganados en julio.

El jurista indicó que los cubanos tuvieron que pasar un poco más de tiempo retenidos en el Centro de Detención de Krome, en el condado de Miami-Dade, en caso de que la fiscalía apelara a la decisión, pero que ahora se encontraban en libres en la calle.

Sobre su juicio, Hernández afirmó que fue un proceso lleno de tensión, pues sabía que podía ser devuelto a la Isla si no lograba convencer a las autoridades.

“Tenía miedo de no poder explicar mis argumentos, pero la jueza se identificó bastante bien y pude aclarar que mi intención aquí no es hacer lo que tanto el gobierno estadounidense teme”, explicó.

Afirmó además que planea conseguir una licencia para ser piloto en los Estados Unidos, pues siempre ha sido su mayor sueño.

“Desde niño luché por eso y nunca tuve la oportunidad de tocar un avión grande. Me dicen que de aquí sí se puede”, afirmó el cubano.

Los pilotos formaban parte del Club de Aviación de Cuba, y aterrizaron en Cayo Hueso el pasado 25 de marzo, luego de haber modificado el ala delta motorizada con un tanque extra de combustible. El vehículo ligero era utilizado para dar servicios turísticos en La Habana, por lo que el régimen acusó al par de haberse robado propiedad del Estado.

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