Las autoridades castristas entregarán una nueva tarjeta temporal para la compra de productos en las tiendas de las cadenas Caribe y CIMEX el próximo 15 de mayo en La Habana.
Según la prensa oficialista, el Ministerio de Comercio Interior (Mincin) llevará a cabo esto para evitar “incidentes de entregas improcedentes de dichos productos”, algo que ha ocurrido en el pasado debido al uso de varios diseños de tarjetas temporales sin un procedimiento establecido.
Este proceso se llevará a cabo por las Oficinas de Registro de Consumidores (Oficodas), e intentará unificar un modelo de tarjetas temporales en la capital.
Las tarjetas temporales son la solución a la que llegó el régimen para controlar las compras de aquellos que residen en La Habana, y no cuentan con un cambio de dirección oficial, por lo que no están afiliados a una Oficoda y no disponen de una tarjeta de abastecimiento.
Esta tarjeta será recibida por aquellos trabajadores y funcionarios que se encuentren cumpliendo con “tareas de los organismos o entidades nacionales de forma permanente”, y deberá ser solicitada previamente por los organismos que los representan.
De igual manera, el comunicado señala que “los consumidores que radican de forma permanente en la provincia sin cambio de dirección y que no están registrados en alguna libreta”, así como los “extranjeros radicados permanentemente en el país, que tienen libreta de abastecimiento, pero no los reconoce el sistema Oregi (plataforma para trámites del Registro del Consumidor en línea)”, tendrán derecho a esta tarjeta.
Será necesario acudir a las Oficinas de Registro de Consumidores para recoger estas tarjetas, y de no hacerlo a tiempo, no podrán adquirir los productos en los establecimientos de Cimex y Caribe a partir del sexto ciclo de venta.
Este tipo de tarjetas se implementó en 2020, cuando la Isla estaba atravesando por la peor parte de la pandemia de COVID-19, con el propósito de racionar la compra en los mercados y tiendas de la capital.
A mediados de 2022, las autoridades de Cuba informaron que los residentes de La Habana solo iban a poder comprar en tiendas de sus municipios debido a la falta de productos y a las largas colas que se formaban cuando estas personas acudían a otros establecimientos comerciales.
