Exoficial de inteligencia cubana, Leandro Rubén Garnica, regresa a la Isla tras vivir en EEUU
El hombre fue responsable de la tortura y persecución de opositores políticos, periodistas y activistas en Cienfuegos y Villa Clara
Leandro Rubén Garnica González, exoficial de la inteligencia cubana, ha regresado a Cuba después de haber permanecido en Estados Unidos desde mayo de 2022.
El hecho fue confirmado por fuentes cercanas a su familia, las cuales pidieron mantenerse en anonimato.
Las declaraciones, recopiladas por el canal de YouTube Molinos por la Libertad, afirman que el exjefe de contrainteligencia en Cienfuegos y Villa Clara huyó hacia la Isla tras haber sido identificado en varias investigaciones independientes que expusieron su implicación en crímenes de lesa humanidad.
Garnica González, conocido por su brutalidad, fue responsable de la tortura y persecución de opositores políticos, periodistas y activistas en la Isla. Entre sus víctimas se incluyen la periodista independiente María Elena Alpízar y el líder opositor Guillermo Fariñas, quien fuera galardonado con el premio Sajarov.
Su accionar incluía la obtención de confesiones bajo tortura, como fue el caso de Jorge Luis Brito, a quien intentó forzar a declarar falsamente contra el régimen.
El canal de YouTube entrevistó a Brito, quien relató los horrores que vivió bajo el mando de Garnica. En su testimonio, Brito mencionó los gritos de dos mujeres detenidas que eran torturadas por el exfuncionario del régimen.
A pesar de los esfuerzos por localizar a las víctimas, aún no se ha logrado obtener sus testimonios sobre estos actos de violencia.
Prácticas represivas bajo su mando
Según testimonios de otros opositores y exmiembros del G2, Garnica González fue un actor clave en la represión durante la “limpieza del Escambray”, uno de los episodios más oscuros de la historia reciente de Cuba. Su comportamiento hacia las mujeres detenidas fue especialmente cruel, lo que ha generado fuertes condenas en su contra.
Su regreso a Cuba, tras su estancia en EEUU, genera inquietudes sobre la impunidad de los crímenes cometidos por altos funcionarios del régimen. Garnica logró llegar a territorio estadounidense mediante un reclamo de su hija, pero su huida hacia Cuba pone de manifiesto las políticas migratorias que permiten a individuos de este tipo regresar al país sin enfrentar consecuencias por sus acciones.
Este incidente se suma a la creciente huida de represores cubanos hacia Estados Unidos, donde se refugian temporalmente antes de regresar a la Isla. Los casos más recientes incluyen a Misael Enamorado Dager, exdirigente comunista que también regresó a Cuba tras haber sido señalado por su vinculación con crímenes de derechos humanos.
