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Familia de conductor asesinado en persecución responsabiliza a la Policía de Miami

La familia de Frank Ordoñez, uno de los cuatro fallecidos producto de una persecución policial de alta velocidad tras el robo de una joyería en Miami-Dade, Florida, han responsabilizado a las autoridades del condado por su muerte. 

Joe Merino, padrastro de la víctima de 27 años, aseguró que las fuerzas policiales pudieron haber evitado el trágico hecho aplicando debidamente el protocolo establecido en casos de rehenes. 

“Ellos lo mataron”, declaró Merino en una reciente entrevista concedida a Local 10 News. “Tengo sentido común, como todos, y me pregunto ¿dónde está el protocolo? ¿Dónde estaba el protocolo? ¿Dónde estaba SWAT? ¿Dónde estaba el negociador de rehenes? ¿Dónde estaba el francotirador? ¡Lo mataron a tiros!”. 

Los hechos tuvieron lugar cerca de las 4:17 p.m (hora local), cuando oficiales de Coral Gables respondieron una llamada anónima sobre un presunto tiroteo en la joyería Regent Jewelers, ubicada en 386 Miracle Mile. Al parecer, dos sujetos robaron el comercio e hirieron a una empleada durante el atraco. 

Al huir de la escena del crimen, los dos sospechosos tomaron una camioneta propiedad de la compañía de alquiler de equipos de mudanzas, U-Haul, hasta llegar al área de 126, Avenida Mariana. Acto seguido, abandonaron el vehículo y robaron un camión UPS, secuestrando también a Ordóñez, un conductor de origen ecuatoriano, quien estaba haciendo entregas en momento del atraco. 

La persecución terminó con disparos en Miramar Parkway, justo al oeste de Flamingo Road. En videos aéreos de diferentes medios es posible ver a los sospechosos y la policía intercambiando disparos. A raíz de estos hechos, cuatro personas perdieron la vida: los dos ladrones, Ordóñez y un espectador que se vio atrapado en medio de la lluvia de balas. 

Merino, por su parte, también cuestionó la prisa con que las autoridades comenzaron a abrir fuego contra el camión. 

“La negligencia, la irresponsabilidad, la falta de vida, la falta de preocupación, el desprecio por la vida de la víctima”, sostuvo. “Hay balas en todas partes. Era una zona de guerra. ¿Cómo puede suceder esto hoy en día?”. 

Ordóñez, residente en la localidad de Hialeah Gardens, era padre de un niño de cinco años.

 

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