Guaguas en Santiago de Cuba realizan solo dos recorridos al día por escasez de combustible
La escasez de combustible ha hecho que la situación del transporte en el país empeore, y Santiago de Cuba es uno de los territorios más afectados, pues las rutas que conectan los distintos puntos de la ciudad solo son recorridas dos veces al día por las guaguas.
El problema fue reconocido de manera oficial por el director de Transporte de Santiago de Cuba, Jaime Codorneaúx, quien indicó en el programa Santiago Hoy que esta crisis es el resultado de más de cuatro años sin recursos.
Los esfuerzos para afrontar la situación se limitan a realizar un viaje por la mañana y otro por la tarde a través de las principales rutas de la ciudad, sin embargo, el funcionario no mencionó nada sobre cómo se mueven los santiagueros en otros momentos del día o hacia las rutas menos utilizadas.
El funcionario indicó que ante esta crisis, se da prioridad al trasporte de los sectores de la educación y la salud, asegurando que las rutas intermunicipales se mantienen funcionando para Songo-La Maya, San Luis, Palma Soriano o Contramaestre, con estos últimos intentando mantener también dos frecuencias al día.
Codorneaúx reconoció que el combustible entregado a los transportistas privados no es suficiente, pese a que estos cuentan con tarjetas magnéticas diferenciadas para conseguir el recurso. Sin embargo, esto no impidió que las autoridades presentes los acusaran de “aprovecharse” de la situación para aumentar los precios de sus viajes.
El vicegobernador de Santiago de Cuba, Manuel Falcón, afirmó que se planea revisar la situación, pues se planea publicar una lista de precios establecidos para los transportistas, medida que requerirá del trabajo de inspectores estatales para vigilar que se cumpla.
Mientras el programa fue transmitido el pasado 30 de agosto, los problemas con el transporte público llevan años en la Isla, tiempo en el que se intentó establecer la medida de precios que podían cobrar los transportistas privados.
Estos no eran respetados por los chóferes, ni eran denunciados por la población, la cual estaba al tanto de que los transportistas solo intentaban ganarse la vida, mientras que los precios eran demasiado bajos como para poder costear reparaciones en los vehículos o más combustible.
Mientras los funcionarios castristas “debaten” sobre las posibles soluciones para un problema que lleva años en el país, son los cubanos de a pie los que deben de lidiar con las consecuencias, luchando por un lugar dentro de la guagua o buscando con quien hacer botella y poder regresar a sus hogares durante la noche, cuando los dos únicos viajes en la ciudad ya se realizaron.
