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Guardia Costera revela que la tragedia del submarino Titán pudo evitarse

La investigación señala que los empleados de la empresa fueron presionados para mantener silencio sobre preocupaciones de seguridad

Un informe de 327 páginas publicado por la Guardia Costera de Estados Unidos (USCG, por sus siglas en inglés) ha dejado al descubierto una serie de fallos críticos y la falta de supervisión en OceanGate, factores que contribuyeron directamente a la tragedia del sumergible Titán, que costó la vida a cinco personas en junio de 2023.

De igual manera, el detallado informe señala que, a consideración de las autoridades, la implosión del sumergible Titán, ocurrida en las profundidades de la costa de Terranova, era totalmente “evitable”.

Entre los fallecidos estaban el CEO de OceanGate, Stockton Rush, el buzo francés Paul-Henri Nargeolet, el multimillonario británico Hamish Harding, y el empresario pakistaní Shahzada Dawood junto a su hijo Suleman.

La investigación reveló que el ambiente laboral dentro de la empresa fue tóxico y que los empleados fueron presionados a mantener silencio sobre preocupaciones de seguridad. Adicionalmente, se señaló que algunos fueron despedidos o amenazados con perder su trabajo si se atrevían a cuestionar las condiciones del sumergible.

Uno de los testimonios más reveladores provino de Tony Nissen, exdirector de ingeniería, quien fue despedido por negarse a autorizar una expedición tras un incidente en el que el Titán fue golpeado por un rayo.

Nissen también indicó que la empresa carecía de un oficial de seguridad designado, lo que dejaba sin control adecuado las operaciones.

La falta de supervisión comprometió la integridad del sumergible

El documento también detalló que OceanGate no realizó las pruebas adecuadas del Titán antes de sus inmersiones, lo que llevó a fallos graves en la estructura del sumergible. A pesar de haber sufrido incidentes previos que comprometieron la seguridad del casco, la empresa continuó operando sin realizar inspecciones o mantenimientos esenciales.

Uno de los puntos más alarmantes fue la declaración de algunos miembros del equipo, quienes mencionaron que Stockton Rush estaba dispuesto a proceder con la inmersión, aunque ello implicara un riesgo mortal.

El informe subraya la falta de un marco regulatorio claro para las operaciones de sumergibles, lo que permitió que OceanGate tomara decisiones sin una supervisión externa adecuada.

La falta de supervisión externa y la concentración de poder en manos de Rush fueron otros factores críticos mencionados en la investigación. De igual manera, las presiones financieras dentro de la empresa, como la solicitud a los empleados de renunciar temporalmente a sus salarios, empeoraron las condiciones de seguridad ya comprometidas.

Escombros del submarino Titán. (Captura de pantalla © RTVE Noticias-YouTube)
Escombros del submarino Titán. (Captura de pantalla © RTVE Noticias-YouTube)

OceanGate cierra sus operaciones

El informe concluyó que, si bien las fallas internas de OceanGate fueron determinantes, la ausencia de un marco normativo claro para los sumergibles hizo más difícil la supervisión de las operaciones.

La tragedia del Titán pudo haberse evitado con una mayor inversión en pruebas y con una supervisión más rigurosa. Como consecuencia, OceanGate cerró sus operaciones tras el incidente, pero parte de lo mencionado en el informe se presenta en un documental sobre el desastre, el cual está disponible en la plataforma de straming Netflix.

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