Hermana de Alejandro Gil asegura que es acusado de espionaje para la CIA
La familia del exministro cubano está segura de que las acusaciones en su contra son infundadas
El gobierno cubano sigue sin pronunciarse oficialmente sobre el juicio que enfrenta Alejandro Gil Fernández, exministro de Economía y exviceprimer ministro de Cuba, acusado de espionaje. Gil se encuentra actualmente en una de las cárceles de máxima seguridad del país, mientras espera posibles sanciones que van desde 30 años de prisión hasta la pena de muerte.
La falta de información oficial sobre el caso ha generado incertidumbre, pero la familia de Gil ha decidido hablar.
En una entrevista exclusiva con Martí Noticias, su hermana, María Victoria “Vicky” Gil, rompió el silencio y detalló lo que ella considera una acusación infundada. Según Vicky, una fuente confiable vinculada al caso le reveló que las autoridades lo acusan de espionaje a favor de la CIA, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos.
“Mi hermano no creo que haya sido capaz de convertirse en espía de ningún país, y mucho menos de la CIA”, expresó Vicky Gil, sorprendida por los cargos. Desde el inicio de la investigación, Alejandro Gil ha rechazado las acusaciones, asegurando que nunca tuvo contacto con la agencia de inteligencia estadounidense.
La defensa del exministro, encabezada por el abogado Abel Solá López, ha impugnado las acusaciones punto por punto. Sin embargo, Vicky Gil teme que el destino de su hermano esté sellado. “De la cadena perpetua no se va a librar. Esa sentencia está predeterminada”, comentó.
Según Vicky, la influencia de la seguridad del Estado en el caso es evidente, ya que los expedientes de espionaje en Cuba no son gestionados por la Fiscalía General de la República, sino directamente por la policía política. Además, la información se maneja de forma encriptada, lo que hace casi imposible verificar si los cargos son reales o fabricados políticamente.
El principio de su caída
La persecución de Alejandro Gil comenzó el 1 de febrero de 2024, cuando fue destituido de su cargo como ministro de Economía por su desempeño en el gobierno de Miguel Díaz-Canel.
Aunque el presidente felicitó a Gil públicamente, la situación dio un giro el 24 de febrero, cuando el exministro fue citado a la oficina de Marrero y, en su lugar, encontró a dos oficiales de la seguridad del Estado.
Fue entonces cuando se le informó que estaba siendo investigado y sería recluido junto a su esposa en una casa operativa del Ministerio del Interior.
Tras cuatro meses de reclusión en una de estas viviendas de la seguridad del Estado, Gil fue trasladado a la prisión de Guanajay, conocida por su nivel de seguridad. Desde su encarcelamiento, la familia solo ha podido visitarlo bajo estrictas condiciones de vigilancia, con encuentros limitados a 15 minutos cada 15 días.



