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Julio Acanda promueve iniciativa para llamar al Teatro Nacional de Cuba: “Rosita Fornés”

Muchos han sido los cubanos que sugerido que el Teatro Nacional de Cuba lleve el nombre de Rosita Fornés. A esta petición se sumó el presentador cubano Julio Acanda, quien propuso desde sus redes sociales “perpetuar” el nombre de la gran vedette cubana.

“Esa es mi propuesta para perpetuar su nombre y que de alguna manera siga en la cartelera de los espectáculos del futuro”, dijo Acanda al recordar que “la Fornés” se presentó en innumerables ocasiones en esa institución cultural.

Debido al silencio por parte de la autoridades culturales de la Isla, Acanda expresó la importancia de que no pase “demasiado tiempo debatiendo” sobre esa posibilidad.

https://www.facebook.com/julio.acandagarcia/posts/3036261316427038

Otras propuestas para cambiar el nombre del teatro Karl Marx:

Por otra parte, un grupo de cubanos en redes sociales coinciden con la iniciativa de que la gran artista sea homenajeada en Cuba poniendo su nombre en el teatro Karl Marx del municipio Playa.

Los promovedores de esta iniciativa aluden a que las instituciones culturales en la Isla deben tener nombres de personas vinculadas al mundo del arte y si son personalidades cubanas mejor.

Sin embargo, esta propuesta luce más lejana atendiendo al comportamiento del gobierno cubano que de seguro no sustituirá el nombre de uno de los ideólogos del comunismo a nivel mundial.

Rosita Fornés, quien falleció a los 97 años, nació en Nueva York en febrero de 1923, hija de padres catalanes radicados en Cuba. La vedette además de cubana, también era ciudadana americana y por sus venas corría sangre española.

Según un comunicado emitido por el Ministerio de Cultura de Cuba, en la Isla se ultiman detalles para recibir el cuerpo de la vedette y darle el merecido homenaje. Tal como fue su “última voluntad” sus restos serán depositados en el panteón familiar en el cementerio de Colón.

Rosalía Lourdes Elisa Palet Bonavia, que adoptó el nombre artístico de Rosita Fornés, se presentó en 1938, con solo 15 años, al programa concurso “La Corte Suprema del Arte”, donde obtuvo el primer lugar, y unos meses después debutó en el Teatro La Comedia con la zarzuela “El asombro de Damasco”, bajo la dirección de Antonio Palacio.

 

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