Para el deleite de sus seguidores, el galán cubano William Levy hizo su inesperado regreso al mundo de las telenovelas, después de casi 10 años de ausencia, de la mano de la adaptación de “Mujer con aroma de café”.
Sin embargo, lo que muchos pueden no conocer es el motivo principal que llevó al actor —devenido en productor y empresario— a volver a la pequeña pantalla. La razón, expuesta por el antillano en una reciente entrevista, ha dado una connotación totalmente distinta a su participación en este remake novelístico.
En diálogo con People en Español, revista donde figuró en la portada junto a su compañera de reparto Carmen Villalobos, Levy confesó que fue su madre y abuela las responsables de que aceptara el rol de Sebastian.
“Yo estaba pensando con mis 14 años cómo salir de Cuba, no estaba en condiciones de ver ningún tipo de telenovela. Llegué a Estados Unidos, uno crece y escuché del proyecto, sabía lo icónico que era”, indicó a sus entrevistadores Armando Correa y María Morales.
Tras contarle a su familia que le habían ofrecido el codiciado protagónico, su abuela y madre no pudieron contener su emoción. “’Ay, papi, qué lindo, cuando llegamos de Cuba vimos esa novela, es un hermoso personaje Sebastián, wow, qué lindo papi”, le dijeron.
“Estoy haciendo la novela para mi mamá y mi abuelita. No había hecho novelas en siete años”, agregó.
El protagonista de “Olvidarte jamás” nació en Cojímar, un pueblo ubicado en el capitalino municipio de Habana del Este. Antes de cumplir los 15 años su familia emigró a los Estados Unidos, luego de que su padrastro obtuviera asilo político. Si bien no se crió en un hogar religioso,el actor es también de origen judío.
Café con aroma a mujer
La primera versión de “Café con aroma a mujer” se centró en el amor de Teresa “Gaviota” Suárez —interpretada por Margarita Rosa de Francisco—, una recolectora de café y el rico Sebastián Vallejo, llevado a la vida por el brasileño Guy Ecker.
La historia comienza con Gaviota, quien junto a su madre se dedicaba a viajar por diferentes zonas cafeteras de Colombia en busca de trabajo. En octubre, como hacían cada año, fueron a Casablanca donde tenían empleo asegurado por el propietario, Octavio Vallejo. Sin embargo, al iniciar la cosecha el magnate muere y toda su familia, dispersa por el mundo, regresa para el funeral. Entre ellos, el nieto Sebastián quien queda prendido de la joven.
Luego de un par de encuentros ambos se enamoran, pero él debe regresar a Londres para terminar sus estudios. Los dos pactan encontrarse al año para casarse. Poco después, Gaviota descubre que está embarazada y decide viajar a Europa para buscarlo, pero termina siendo engañada por una red de tráfico de personas quienes la explotan como prostituta en París.
Sebastián regresa, pero al conocer sobre el destino de su amada e influenciado por su primo, se casa con Lucía Sandoval. Gaviota también retorna a Colombia y llega a Casablanca el mismo día del casorio. Decepcionada, decide huir para siempre.
Las cosas se complican —aún más— cuando Sebastián arrepentido por su matrimonio y carente de amor, decide utilizar todos sus medios para buscar a Gaviota.
