El mítico actor de Hollywood Kirk Douglas, inmortalizado por su rol de ‘Espartaco en el filme homónimo de Stanley Kubrick, falleció el miércoles a los 103 años, informó Europa Press.
La lamentable noticia fue confirmada por la familia del artista en un reciente comunicado de prensa, donde indicaron cuánto lo querían y lo orgullosos que estaban de él.
“Para el mundo era una leyenda, un actor de la época dorada del cine que vivió hasta bien entrada su época dorada, un humanitario cuyo compromiso con la justicia y las causas en las que creía marcaba una pauta a la que todos nosotros debíamos aspirar”, escribió su hijo y también actor, Michael Douglas, en su cuenta personal de Facebook.
“Para mí y mis hermanos Joel y Peter era simplemente un padre, para Catherine, un maravilloso suegro, para sus nietos y bisnietos, su amante, abuelo, y para su esposa Anne, un maravilloso marido”.
Por último, Michael subrayó que su padre vivió una buena vida y deja atrás un legado en el cine, que perdurará para las siguientes generaciones. Así como, una importante trayectoria filantrópica.
La historia de una estrella de Hollywood
Kirk Douglas, cuyo nombre verdadero era Issur Danielovitch Demsky, nació el 9 de diciembre de 1916 en el seno de una familia de inmigrantes judíos.
El actor comenzó su carrera en el mundo de la interpretación en 1946 con “El extraño amor”, de Martha Ivers. Desde ese momento, Douglas logró acumular en su repertorio largometrajes que llegaron a ser considerados —con el tiempo— clásicos como: “Senderos de gloria”, de Stanley Kubrick, “Cautivos del mal”, de Vincente Minnelli o “El gran carnaval”, de Billy Wilder.
Tras estar nominado en tres ocasiones al premio Oscar en la categoría de “Mejor Actor”, en 1996 finalmente Kirk recibió la prestigiosa estatuilla como reconocimiento a casi 50 años de carrera en la industria cinematográfica. Sus últimos trabajos, tanto en pantalla grande como chica, fueron “Illusion”, de Michael Goorjian, en 2005 y “Los asesinatos del Empire State”, un telefilme estrenado en 2008.
Padre de cuatro hijos, el actor también fue autor del libro “My stroke of Luck”, donde relata su vida luego del derrame cerebral que sufrió a finales de la década de los 90. La enfermedad le dejó sin poder hablar por mucho tiempo.
Douglas, reconocido como un gran filántropo, formaba parte del Partido Demócrata. Durante su vida el actor, igualmente, recibió un sinfín de condecoraciones por su trabajo humanitario, entre ellas: la Medalla Presidencial (1981), la Legión de Honor francesa (1990), el Oso de oro honorífico del Festival de Cine de Berlín (2001), entre otros.
