FARÁNDULA

Murió Delia Fiallo, “Madre de las novelas latinoamericanas”

A los 96 años, murió en Miami la destacada escritora cubana Delia Fiallo conocida como la “madre de la telenovela latinoamericana” por las numerosas radionovelas y telenovelas que tuvieron gran éxito en países hispanos.

Fiallo falleció en Coral Gables, Miami, según informó su familia este martes.

“Murió en paz y rodeada de sus seres queridos”, le dijo al canal Televisa uno de los hijos de la célebre guionista, sin dar más detalles.

La actriz venezolana Lupita Ferrer confirmó después la noticia.

Fiallo, que habría cumplido 97 años el 4 de julio, saltó a la fama internacional con telenovelas como “Cristal”, “Topacio”, “El Privilegio de Amar” o “Esmeralda”, que en las décadas de los 70 y 80 triunfaron en las televisiones de América Latina y España, y cautivaron también a una audiencia global.

Trayectoria de Delia Fiallo

Fiallo estudió Filosofía y Letras en La Habana y comenzó a escribir radionovelas en la capital cubana en 1949.

En 1966 salió junto a su familia de Cuba rumbo a Miami, desde donde trabajó como guionista de telenovelas para canales de Venezuela y también de México.

La primera de sus telenovelas fuera de Cuba fue “Lucecita”, que se emitió en 1967; “Cristal”, emitida en 1985 y 1986, fue la última historia original que escribió.

Fue en Venezuela, país que no volvió a visitar desde la elección de Hugo Chávez en 1998, donde escribió algunos de sus melodramas más afamados, entre ellos “Leonela”, “La heredera” “Esmeralda”, su primera producción en ese país, y la citada “Cristal”.

Muchas de sus telenovelas fueron versionadas en distintos países de habla hispana.

En una entrevista con la agencia EFE en 2018, Fiallo opinó que el género de la telenovela quedó “destruido” por el hecho de que los guionistas destacan ahora la acción, la violencia y el narcotráfico, “olvidándose de los sentimientos”.

La autora recordó durante esa conversación los tiempos en los que tenía que escribir 35 páginas diarias de la telenovela de turno.

“Fueron muchos años entregados a esa tarea, escribiendo un capítulo diario yo sola, con la telenovela al aire. No podía enfermarme, no podía descansar; a veces terminaba una novela hoy y arrancaba con otra al día siguiente”, evocó.

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