FARÁNDULA

Osmani García y su novia fueron víctimas de robo durante paseo en San Francisco

El reguetonero cubano Osmani García y su novia, Laura Candeau, vivieron un mal momento durante su paseo por la ciudad de San Francisco, Estados Unidos.

La pareja fue víctima de un robo, en el que los maleantes se llevaron todas sus pertenencias tras romper los vidrios del vehículo.

Fue a través del Instagram de Laura, que el “chiquitico de Cuba” relata lo ocurrido, mientras varios oficiales de la policía rodean la escena.

“Qué película, una película de verdad, nos robaron todas las maletas, desbarataron el carro, la verdadera película, camino al hotel. Se llevaron todas las maletas”.

Osmani García, quien se encuentra en San Francisco turisteando y derrochando amor con su novia Laura –según se ve en sus redes sociales- informó que el vehículo en el que viajaban fue violentado por los delincuentes para poder sustraer todo lo que había en su interior, incluyendo los documentos de su pareja.

“Rompieron el cristal y se llevaron todas las maletas, estábamos comiendo en la esquina. Esto es duro, esta gente en San Francisco está robando. Suerte que yo siempre me quedo arriba con mis documentos, gracias a Dios. Pero a Laurita si le llevaron todos los documentos”, detalló.

Pese al incidente, al reguetonero cubano se le escucha tranquilo, con ganas de seguir disfrutando de la ciudad de San Francisco en compañía de Laura, con quien ha disfrutado en los últimos días de paseo desde las Cataratas del Niágara hasta la Prisión de Alcatraz. Así lo ha publicado en las historias de su Instagram.

 “Aquí gracias a Dios las tarjetas se bloquean rápido, pero la ropa si se la llevaron toda. Que la ropita les sirva. Tremenda película. Mañana pa’ la tienda a comprar ropa nueva y maletas nuevas. Buen susto”.

Por último, Osmani García agradeció a los oficiales de la policía de San Francisco por aparecer casi que de inmediato a la escena del crimen y comenzar a indagar sobre quién pudo haberse llevado todas sus pertenencias. “Los oficiales aparecieron rápido. Llegamos y dijimos ¡qué carajo!”. 

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