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Otra menos: patana turca abandona Cuba por incumplimiento de contrato

La Suheyla Sultan aporta 400 MW al sistema eléctrico, una cifra significativa considerando que este miércoles el déficit anunciado por las autoridades fue de 1.495 MW

La patana turca Suheyla Sultan, una de las mayores fuentes flotantes de electricidad en Cuba, estaría a punto de desconectarse del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), lo que sin duda empeorará la crisis energética en la Isla.

Según el portal independiente 14ymedio, el buque OK, con bandera de Liberia y especializado en transporte de plataformas flotantes, atracó en la bahía de La Habana con el objetivo de retirar la unidad generadora rumbo a Ecuador.

El carguero OK zarpó de Turquía el 10 de abril, realizó una escala en República Dominicana y entró al puerto habanero hacia las 10:00 a.m., procedente de San Eustaquio, una isla caribeña bajo jurisdicción holandesa. Fue escoltado por el práctico de la bahía al llegar.

El viceministro primero del Ministerio de Energía y Minas (Minem), Argelio Jesús Abad Vigoa, ya había advertido días atrás sobre este desenlace. Reconoció públicamente que el Gobierno enfrenta “dificultades para honrar compromisos monetarios” con la empresa turca Karpowership, dueña de las patanas. Es decir, no hay dinero para seguir alquilando estas costosas unidades.

Impacto inmediato en el sistema eléctrico cubano

La Suheyla Sultan aporta 400 MW al sistema eléctrico, una cifra significativa considerando que este miércoles el déficit anunciado por las autoridades fue de 1.495 MW. Sin embargo, según fuentes no oficiales, la cifra real podría ser aún mayor. La salida de esta patana agrava la situación justo cuando el país entra en los meses de mayor demanda energética.

Es importante recordar que el alquiler de estas plantas flotantes, implementadas desde hace años como solución “temporal”, representa una de las operaciones más caras del régimen.

Según información consultada por el medio independiente Periódico Cubano, el costo diario de operación de una sola patana asciende a 172.800 dólares, y cada kilovatio-hora se factura a 0,09 dólares. Además, el gobierno cubano debe suministrar combustible y lubricantes de calidad exigida por los turcos, algo que escasea en la Isla desde hace años.

Cuba llegó a tener ocho patanas turcas funcionando simultáneamente. A pesar de ello, no se ha construido una nueva central termoeléctrica en más de 40 años. El uso prolongado de soluciones temporales como estas revela el colapso estructural del sistema energético nacional bajo el control del régimen comunista, el cual parece no tener intención de solucionar los problemas de manera concreta.

Además de la Suheyla Sultan, se especula que la patana Erol Bay también podría ser retirada próximamente. El ministro Vicente de la O Levy confirmó que la salida de estas unidades será “progresiva”, lo que indica una reducción aún mayor en la ya precaria capacidad de generación del país.

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