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¿Pueden las emociones de las embarazadas afectar la evolución del bebé al nacer?

A pesar de que el embarazo debe ser una de las etapas más felices en la vida de una mujer, no para todas las mujeres resulta ser una alegría, sino que se convierte en un tiempo de confusión, miedo, estrés y depresión.

Por su parte, la depresión tanto durante el embarazo como después del parto constituye un trastorno del humor que sufren las embarazadas.

Durante el embarazo, cambios de hormonas pueden afectar los químicos en el cerebro de la mujer en proceso de gestación, los cuales están directamente relacionados a depresión y ansiedad.

Las causas de la depresión pueden ser consecuencia de situaciones de vida difíciles que afrontan las mujeres, los cuales pueden resultar en depresión durante el embarazo.

Entre los síntomas que caracterizan la depresión en el embarazo se encuentran:

  • Tristeza persistente y tendencia al llano
  • Dificultades para concentrarse y ansiedad.
  • Trastornos en el sueño.
  • Apatía y pérdida de interés por las actividades diarias.
  • Pensamientos recurrentes negativos.
  • Sentimientos de culpa.
  • Alteraciones del apetito.
  • Cansancio extremo.
  • Ataques de ansiedad, pánico o pensamientos obsesivos negativos, incluso tendencias suicidas.

Ante la importancia de la prevención de este tipo de trastorno durante el embarazo, un estudio desarrollado por la Universidad de Málaga (España) ha demostrado que el estado de ánimo de las embarazadas afecta al peso del feto al nacer.

Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertan que el 10 por ciento de las embarazadas padecen depresión perinatal y hasta un 25 por ciento cuadros severos de ansiedad.

Debido a ello, emerge el interés de la Universidad de Málaga (UMA) y en especial del profesor de ginecología Ernesto González Mesa por investigar el efecto que pueden tener las emociones y sobre todo la depresión en el feto.

Luego de evaluar a unas 200 mujeres pacientes del Hospital Materno Infantil de Málaga, este estudio concluye que el estado de ánimo de las embarazadas influye en el peso de sus recién nacidos.

Al respecto, González Mesa afirmó que: “Mientras más infelices se sienten las embarazadas, más pequeños nacen sus bebes”,

De igual forma, el experto precisó que estos síntomas depresivos empiezan ya aparecer en el primer trimestre del embarazo.

“Es fundamental hacer visible este problema a la sociedad, cambiar la mentalidad para poder tratarlo”, asegura González Mesa.

En este sentido, el experto aclara la necesidad de abordar la depresión perinatal desde los propios hospitales y promover las Unidades de Salud Mental dentro de las Unidades de Ginecología.

A partir de esta investigación se abren nuevas líneas de investigación relacionadas con la influencia que puede tener la depresión durante la gestación, con los partos prematuros y con la salud del recién nacido.

Conjuntamente con los resultados obtenidos en este estudio y en colaboración con la Universidad de Anatlya en Turquía, se detectó que los factores culturales, como la religión, el apoyo social o las propias relaciones personales, aumentan hasta un 30 por ciento los síntomas depresivos de las embarazadas en el primer trimestre de gestación.

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