Régimen denuncia falta de electricidad en Gaza mientras ignora crisis en Cuba
Mientras en la Isla no se reconoce la falta de energía y se silencia a quienes la denuncian, el régimen guarda su empatía para otros países
El régimen de Cuba alcanzó un nuevo nivel de cinismo en sus declaraciones oficiales, al denunciar los daños estructurales en el sistema eléctrico de Gaza, denunciando que sus ciudadanos viven en apagón perpetuo, mientras su propia población padece igualmente con la falta de energía.
A través de sus medios oficiales, el gobierno de Cuba ha hecho énfasis en la destrucción provocada por Israel en la Franja de Gaza, y criticado la incertidumbre y las motivaciones reales del supuesto acuerdo de paz promovido por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Si bien es cierto que la invasión israelí ha causado estragos y dejado cientos de miles de civiles palestinos fallecidos, estos señalamientos por parte del régimen obedecen más a intereses políticos y a contradecir el discurso estadounidense que a un genuino interés por el pueblo palestino.
Como parte de esta cruzada, el periódico oficialista Granma publicó la mañana de este 19 de octubre el artículo “Denuncian destrucción del sector eléctrico en Gaza”, en donde denunció que los bombardeos israelíes han dejado sin el servicio a prácticamente todo el territorio palestino.
“Los daños al sector eléctrico en la Franja de Gaza como consecuencia de dos años de ataque israelíes se estiman en unos 728 millones de dólares, reveló hoy una fuente palestina”, señala la entrada de la nota.
El texto causó indignación por la forma en que el régimen denuncia los padecimientos del pueblo palestino sin electricidad, en medio de los apagones perpetuos que enfrenta la propia Cuba y que no hace nada para resolver.
Lejos de reconocer siquiera el problema, y menos aún de denunciarlo, el gobierno cubano se esfuerza por mostrar una imagen de mejoría, de eficiencia, de país de “primer mundo” con tecnologías como los parques fotovoltaicos, que presume por lo alto desde su apertura.
Sin embargo, ni siquiera los parques han sido suficiente para paliar la crisis energética, que tiene a los cubanos padeciendo de apagones de entre 6 y 12 horas diariamente, con cortes que ni siquiera son continuos, sino esporádicos, dejando algunas comunidades con cuatro o cinco periodos de una hora de electricidad al día.
El régimen denuncia lo que considera inhumano en otro territorio mientras en su propia tierra silencia a quienes tratan de denunciar las mismas carencias, como ocurrió recientemente en Marianao, donde varios fueron detenidos por manifestarse contra los apagones.
Cuba se presenta ante el mundo como un destino en el que los turistas no deben preocuparse, pues cuentan con su planta eléctrica en cada hotel, plantas pagadas con dinero que bien pudo ir a la infraestructura que sirve a todo el pueblo, no solo a los extranjeros que pagan en dólares.
La dictadura se ha caracterizado por minimizar las necesidades de su gente, y evadir sus responsabilidades, culpando al “bloqueo” estadounidense por la falta de combustible y piezas de repuesto, cuando lo cierto es que la infraestructura esté agotada y sin mantenimiento desde hace décadas.
La falta de electricidad durante las horas de la noche deja a las familias sin seguridad, sin agua corriente en muchos casos, sin posibilidad de cocinar o conservar alimentos, lo que agrava la precariedad, sin embargo, tal parece que los apagones solo son noticia y dignos de resolución cuando ocurren en tierras lejanas, y no cuando es su propia gente quien los sufre.




