La Fiscalía de Cuba está pidiendo 10 años de cárcel para el pastor cubano Lorenzo Rosales, quien participó en las manifestaciones del pasado 11 de julio en Palma Soriano, Santiago de Cuba.
La información sobre la injusta condena fue compartida por el Apóstol Yoel Demetrio, quien usó sus redes sociales para compartir la denuncia hecha por la esposa de Rosales.
La mujer aseguró que no esperaba nada bueno de las autoridades castristas, pero la sentencia la tomó por sorpresa, sobre todo porque los delitos de instigación a delinquir, desacato y atentado, de los cuales se le acusa, no fueron mencionados al principio del proceso legal.
“Yo de ellos no espero nada bueno, pero ahora me llamó el abogado, acaban de notificar la petición Fiscal y a mi esposo le piden 10 años por los delitos de instigación para delinquir, desacato y atentado. Durante toda la fase de instrucción no estaban esos delitos, eso se lo han armado ahora, yo sé que ellos son capaces de todo”, se lee en la denuncia compartida por el religioso.
El Aposto Demetrio instó a sus seguidores a compartir el caso de Rosales, pues estaban buscando la manera de apoyarlo y denunciar la represión que sufren las figuras religiosas en Cuba.
La esposa de Rosales también afirmó que el pastor es maltratado en prisión, algo que pudo confirmar durante una visita el pasado sábado.
“Usted ni se imagina. El sábado tuve visita y lo pude ver y lo que me contó que le han hecho sobrepasa toda imaginación”.
Estas declaraciones coinciden con una denuncia realizada a inicios de octubre por el líder religioso Alaín Toledano Valiente, quien aseguró al medio de prensa Radio Martí que el pastor estaba siendo agredido en prisión por reos que tenían órdenes de las autoridades penitenciarias.
“Lo que conocemos es que ha sido agredido físicamente. Militares se pusieron de acuerdo para afectarlo a él, mandando reclusos que lo golpearan”, declaró.
Los ataques fueron confirmados por el mismo Rosales, quien pese a tener prohibido comunicarse con Toledano, logró realizar una llamada para hablar con él.
“Él me dice que ahora ha podido hacer algunas relaciones dentro, con algunos reclusos, que Dios le ha dado gracia, pero que ha pasado momentos difíciles de agresión”, dijo el religioso, quien también considera que la vida de Rosales corre peligro dentro de prisión.
