El pasado 26 de noviembre se cumplió un nuevo aniversario de la muerte del cantautor Fernando Borrego Linares, mejor conocido como Polo Montañez. Aquel mítico campesino autodidacta y “guajiro natural” que llegó a la fama a los 43 años y robó corazones tanto dentro como fuera de Cuba.
Nacido en 1955 en la finca El Cuzco, Polo aprendió a tocar la tumbadora a los siete años y gracias a un cuñado, pudo incorporar algunos acordes de guitarra, sin siquiera saber las técnicas más básicas de solfeo.
De acuerdo con el diario El Tiempo, en 1994 formó su propio grupo musical y comenzó a actuar en el centro turístico Las Terrazas, a unos 50 kilómetros al oeste de la capital. Allí fue descubierto, cinco años después por José Da Silva, ejecutivo de la casa discográfica europea Lusafrica-Recsa y empresario que lanzara la carrera de la famosa cantante africana Cesaria Evora.
Montañez entonces firmó un contrato con la compañía, para la grabación de tres discos, que no llegó a terminar.
Para el primer álbum “Guajiro natural”, Da Silva se puso en contacto con Humberto Moreno, el director del sello colombiano MTM.
“Inicialmente el disco me sonó extraño”, recordó Moreno en una entrevista concedida al diario español en 2002. “No era ni guaracha, ni bachata, ni merengue, era distinto. La experiencia en el campo de la música me ha enseñado que eso sucede con casi todo lo que más adelante se convierte en éxito”.
El sencillo “Montón de estrellas” se lanzó en Colombia en mayo de 2000 y en febrero del 2001 ya era un éxito de ventas. Poco después, Montañez visitó la nación sudamericana, en lo que fue su primera salida de la Isla. En apenas unos meses, el disco vendió 60 mil copias y el single, se posicionó como la canción más popular del año.
El inesperado éxito hizo que la prensa y la televisión cubana decidiera prestar más atención hasta el entonces desconocido artista, que triunfaba fuera de la Isla.
Un año antes de su muerte, Montañez se convirtió en el artista más popular de la Isla llegando a competir con leyendas como Compay Segundo. Asimismo, parte del dinero recaudado con sus presentaciones, lo donó para adquirir instrumentos musicales para las escuelas en Cuba.
Si bien siempre se sintió cubano, se puede decir que tuvo un breve romance con Colombia.
“El segundo país donde triunfó fue en Cuba”, agregó Moreno. “Por eso Polo decía que había nacido artísticamente en Colombia”.
La fructífera carrera de Polo, sin embargo, se vio interrumpida de forma abrupta el 20 de noviembre de 2002 cuando, de regreso a La Habana, su auto impactó contra un camión en la zona conocida por La Coronela, resultando gravemente herido.
Seis días después, falleció en el Hospital Militar “Doctor Carlos J. Finlay” y fue sepultado en el cementerio del poblado de Candelaria, en Artemisa. Al poco tiempo el cantautor José Valladares compuso un tema en honor a Polo titulado “Cazador de Estrellas”. El sencillo fue interpretado por varios artistas como Pedrito Calvo, Paulo FG, Jenny, vocalista de Los Van Van, entre otros.
El talento del guajiro natural fue tan grande que con una trayectoria profesional de menos de cuatro años, logró dejar para la historia más de cien canciones escritas y un clásico eterno: “Un montón de estrellas”.
