“Se me parte el alma”: cubana separada de su hija por ICE rompe el silencio
La mujer fue separada de la pequeña, de solo un año, durante una cita rutinaria con ICE. Menos de un día después, ya había sido enviada a la Isla
Heidy Sánchez, la madre cubana deportada la semana pasada desde Estados Unidos, habló por primera vez con la prensa sobre su desgarradora experiencia. La mujer, que vivió en EEUU durante cinco años bajo un proceso de deportación pendiente, fue separada de su hija menor de un año, quien aún necesita de su leche materna.
En una emotiva entrevista con el medio Reuters, Sánchez relató entre sollozos el momento en que fue separada de su hija en el aeropuerto de Tampa.
“Me dijeron que llamara a mi esposo, que nuestra hija tenía que quedarse y que yo me iría. Mi hija comenzó a ponerse nerviosa y a pedir leche, pero no les importó”, indicó la mujer, resaltando el sufrimiento que pasó al momento de ser separada de su hija en una situación tan crítica.
“Cuando hablo con ella, me dice ‘Mamá, ven’. Se me parte el alma, se me parte el alma, no puedo hacer nada”, declaró en la entrevista.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) ofreció una versión diferente de los eventos. Tricia McLaughlin, subsecretaria del DHS, explicó que el protocolo de ICE establece que a los padres se les pregunta si desean ser deportados con sus hijos o si prefieren que un familiar se haga cargo de ellos.
McLaughlin afirmó que en este caso, el esposo de Sánchez decidió que la niña no viajaría con su madre a Cuba. Al respecto, Sánchez refutó esta versión, asegurando que nunca se le ofreció la opción de llevar a su hija con ella. Además, destacó que fue deportada sin pasaporte, identificación ni documentos que justificaran su expulsión del país.
El trato que Sánchez recibió ha generado preocupación entre defensores de los derechos civiles, quienes cuestionan la legalidad de las prácticas migratorias aplicadas bajo la nueva administración de Donald J. Trump.
La separación de Sánchez de su hija menor ocurre en medio de un recrudecimiento en las políticas migratorias del país, que han sido objeto de críticas por su dureza y por la falta de empatía en situaciones humanitarias.
Sánchez llegó a EEUU en 2019, con un estatus migratorio bajo supervisión y en espera de una respuesta sobre su solicitud de residencia legal. Durante su estancia, se casó con un cubano que ya era ciudadano estadounidense y dio a luz a su hija en noviembre de 2023. No obstante, su solicitud aún no había sido procesada al momento de su detención.
La deportación de Sánchez ocurrió junto con otros 81 migrantes en un vuelo que partió desde Tampa, Florida, y arribó al Aeropuerto Internacional José Martí en La Habana. Tras su llegada a Cuba, Sánchez expresó su angustia por la separación, enfatizando que, aunque comprendía que los agentes de ICE solo “estaban haciendo su trabajo”, consideraba injusta la manera en la que fue tratada.
“Lo único que quiero es que me reúnan con mi hija. No puedo dormir, no puedo descansar”, añadió en sus declaraciones, también compartidas por Telemundo.
