El Paseo del Prado, en Cienfuegos, sufrió el hurto de “exóticas plantas”, instaladas en la zona, en momentos donde el país enfrenta una crisis económica y escasean insumos de primera necesidad.
Un hecho que la policía no pudo detener, pero sí pueden hostigar a los activistas opositores que luchan por la libertad de Cuba.
Las costosísimas plantas son conocidas como “palmas de Madagascar”, y son una extraña especie, que fue instalada en el tramo de la calle Línea hasta Santa Cruz de esa provincia, en el marco del aniversario 202 de la Perla del Sur, de acuerdo a la prensa oficialista.
En total, fueron cinco de estas plantas, las que se robaron en la zona, aunque en ocasiones distintas: tres primero y dos posteriormente.
Según el reporte, el robo de las plantas se habría realizado en horas de la noche, sin que la policía de Cuba interviniera antes, o quienes suponen tienen bajo su cargo el resguardo de la zona. El primer robo fue alertado y denunciado por los ciudadanos.
“Cuesta creer que en una zona donde concurren vecinos e instituciones con custodios que cuidan los bienes del Estado, algo así pasara totalmente inadvertido”, se lee en un artículo del periódico oficialista 5 de Septiembre.
Agregan que el robo fue calificado por los cienfuegueros como una demostración de “falta de civismo” pero también de impunidad, en vista de la inacción de la policía, que cuenta con gran cantidad de patrullas para permanecer a las afueras de residencias de opositores, perseguir y amedrentar para imponer multas, pero en los hechos de violencia y hurto, parecen estar escondidos.
El reclamo resulta además pertinente, debido a que no es primera vez que en Cienfuegos sufren un robo contra patrimonios culturales, sin que la policía logre contenerlos, con patrullaje y vigilancia en ellos.
Los asientos del Prado y el Muelle Real, así como la iluminación, entre otros elementos, fueron arrancados por completo. Inclusive, agregan que al menos una vez por semana, se registraba un ataque contra algún patrimonio local.
“El asunto es que después de las 7 de la noche no puede haber personas en la calle, y quizás los vecinos se encierran a ver la TV… Pero los policías sí deben patrullar… creo yo”, cuestionó Ildefonso Igorra, jefe editor en 5 de Septiembre.
