La Comisión de Pesca y Conservación de la Vida Silvestre alertó de un aumento en la proliferación del sapo venenoso conocido como ‘sapo bufo’.
El anfibio es una especie invasora, y sus ejemplares pueden llegar a ser sumamente tóxicos para las mascotas. Los perros son especialmente propensos a comérselos.
Ojo con los sapos Bufo Marino este fin de semana en Florida. Salen a aparearse en epocas de lluvia. Su veneno afecta el sistema neurologico y vascular, causando en muchos casos la muerte de nuestras mascotas.
– Este sapo estaba en mi patio hoy pic.twitter.com/mbzXQuEfqa— Dr Marta Sanchez (@DrMartavet) June 12, 2022
Se recomendó a los dueños de mascotas ubicados al sur de la Florida ser especialmente cuidadosos, pues la toxina de estos animales puede provocar convulsiones y hasta la muerte.
De momento, las autoridades han confirmado una invasión de miles de ejemplares de estos sapos, que actualmente se han concentrado en la comunidad de Palm Beach.
¿Qué hacer si su perro muerde o lame un sapo bufo?
Lo primero a hacer si su perro entra en contacto con el anfibio, es mojarle el hocico con abundante agua y llevarlo inmediatamente a un veterinario.
También se recomienda utilizar carbón activado para ayudar a eliminar la toxina, tal como se hace en casos de envenenamiento sintético.
En sur de la Florida si ves a tu perro con espuma en la boca probablemente esta intoxicado por el sapo Bufo Marino! pic.twitter.com/S9NDIyyBEf
— Dr Marta Sanchez (@DrMartavet) September 26, 2014
En esta temporada y debido a la abundancia de estos anfibios, se recomendó no pasear a los perros cerca de cuerpos de agua, como estanques grandes o lagos.
Asimismo, se pide a los dueños revisar los jardines de sus hogares para descartar la presencia del animal y evitar acumular cacharros donde puedan esconderse o proliferar
¿Cómo llegó el sapo bufo a Florida?
El sapo bufo se ubica originalmente en el sur de Texas, México, América Central y la zona tropical de Sudamérica.
Tiene una forma achaparrada y patas cortas, por lo que no son muy ágiles. Además, carecen de cola y dientes, y tienen piel gruesa, seca y verrugosa.
Fueron introducidos al ‘estado del Sol’ en 1930, como un intento de control biológico de plagas de escarabajos en los cultivos de caña de azúcar.
Aunque esa población no sobrevivió al cambio de hábitat, en 1950, un importador de mascotas liberó alrededor de 100 ejemplares en el Aeropuerto Internacional de Miami, con lo que comenzó una de las mayores plagas invasoras del estado.
