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Un robot podría matarte por equivocado sentido del humor

Cuando las personas piensa en la Inteligencia Artificial (IA), la imagen principal que aparece en sus cabezas es la de un robot que se desliza y da respuestas mecánicas. Hay muchas formas de IA, pero los robots humanoides son una de las formas más populares. Se han descrito en varias películas de Hollywood y, si eres fanático de la ciencia ficción, es posible que te hayas encontrado con algunos humanoides.

Una de las primeras formas de humanoides fue creada en 1495 por Leonardo Da Vinci. Era un traje de armadura y podía realizar muchas funciones humanas como sentarse, pararse y caminar. Incluso se movía como si un humano real estuviera dentro de él.

Investigadores en robótica suponen que una máquina inteligente dotada con sentido de humor podría presentar dificultades para entender qué es divertido y que no, situación que podría llevarlos incluso a «matar personas» al creer que se trata de algo «divertido».

“Enseñar humor a sistemas de inteligencia artificial es peligroso porque pueden encontrarlo allí donde no lo hay y usarlo donde resulta inapropiado”, explica Kiki Hempelmann, lingüista computacional que investiga el humor en la Texas A&M University-Commerce. “A lo mejor una mala inteligencia artificial empezará a matar gente porque piensa que es divertido”.

Al desarrollar un robot con inteligencia artificial se debe tener cuidado con la autonomía, hay que tener cuidado en no vincular el hecho de que el robot interaccione con seres humanos a su grado de autonomía. Si la interacción de los humanos con el robot es de igual a igual, entonces su presencia no tiene por qué estar asociada a restricciones para que el robot pueda tomar sus propias decisiones.

Stephen Hawking advirtió sobre los peligros de la inteligencia artificial y lo consideró una amenaza para la supervivencia de la humanidad.

Inicialmente, el objetivo principal de la IA para los humanoides era con fines de investigación. Se estaban utilizando para investigar cómo crear mejores prótesis para los seres humanos. Ahora, los humanoides se crean para varios propósitos que no se limitan a la investigación. Los humanoides modernos se desarrollan para llevar a cabo diferentes tareas humanas y ocupan diferentes roles en el sector laboral.

A diferencia de Hempelmann el científico Tristan Miller, lingüista e informático de la Universidad Técnica de Darmstadt (Alemania), opina que es útil hacer que los robots entiendan el humor. Miller cree que si entienden el sarcasmo, ello podría ayudará a mejorar las traducciones automáticas, a la misma vez que hará que estas máquinas sean más sociables.

“El lenguaje creativo y, en particular, el humor, es una de las áreas más difíciles de entender para la inteligencia computacional” explica Miller.

El humor no es solo la última frontera para la IA, es un rasgo de la personalidad humana que se pierde fácilmente en la traducción. Peor aún, incluso en el idioma original, el humor no siempre es tan divertido para todos en una audiencia nativa. El humor no atraviesa culturas, pero las máquinas no lo entienden. Todavía.

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