A partir del próximo viernes 15 de mayo, cualquier extranjero que arribe a España desde un segundo país, incluyendo aquellos miembros de la Unión Europea, tendrá que someterse a una rigurosa cuarentena de 14 días, informó el Ministerio de Sanidad.
“La media de incubación es de cinco a siete días, pero se alargó el doble para cubrir la mayoría de los casos”, comentó Toni Trilla, jefe de Medicina Preventiva del Hospital Clínic de Barcelona.
Durante el período de aislamiento, los extranjeros solo podrán salir de sus hoteles o residencias —en caso de tenerlas— para realizar un número muy limitado de actividades y siempre con mascarillas. Entre ellas, la asistencia a centros de salud, la compra de alimentos, fármacos y bienes de primera necesidad o por motivos de “fuerza mayor o situación de necesidad”.
Además, las autoridades sanitarias podrán contactar con los viajeros para realizar su seguimiento. Si comienzan a manifestar síntomas propios del coronavirus —fiebre, tos, dificultad respiratoria o malestar general— deberán contactar por teléfono a los servicios sanitarios, mediante los números habilitados.
La medida estará vigente durante el tiempo que dure el estado de alarma, sus posibles prórrogas y todo el período de desescalada. El objetivo es que “el esfuerzo enorme de estas nueve semanas no se malogre por un caso importado”, manifestó el ministro de Sanidad, Salvador Illa.
“Estaríamos en una situación parecida a la de finales de febrero y principios de marzo, cuando todos los casos eran importados o asociados a casos importados”, agregó Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Emergencias Sanitarias.
Actualmente, España con 228.030 casos confirmados y más de 26 mil fallecidos es uno de los países más castigados por el coronavirus. Métricas solo superadas por Estados Unidos y Rusia.
