FARÁNDULA

100 años de historia musical en Camagüey

La Banda Provincial de Conciertos de Camagüey celebró el día de ayer el centenario de su fundación, tiempo en el que a través de constancia, disciplina y pasión demuestran que aún tienen mucho que dar en el ámbito musical.

Han estado presentes en diferentes momentos sociales y culturales; en retretas, galas, desfiles, procesiones, es decir, presente en momentos esenciales del camagüeyano.

Sus más de 50 músicos reflejan la identidad, cultura y tradición de estas tierras cubanas, quienes por tal motivo domingo a domingo el parque Ignacio Agramonte es testigo de este arte musical que cada uno de ellos interpreta y plasma su amor musical en cada instrumento que toca.

Gerardo Vasconcelos Sánchez, director titular de la agrupación, comparte que “este cumpleaños es algo especial. Cien años se dicen fácil, pero abarca mucha entrega, mucha música, mucha historia y mucha influencia en el pueblo de Camagüey; gente a la que nos debemos tanto”.

Roberto Cortés Monzón, con cinco décadas en la orquesta, afirma que sortear vicisitudes ha sido una constante en estos músicos, “tuvimos disímiles espacios de ensayo, hasta en una estación de bomberos lo hicimos. Incluso llegamos a guardar los instrumentos en el juzgado”, recuerda.

Por su parte, la investigadora Verónica Fernández, dice que la banda “resulta institución polifuncional, variada y que identifica a la sociedad, y así se ha hecho sentir de generación en generación”.

“Esa unión, experiencia y juventud, les permite asumir un amplio repertorio en cuanto a géneros, estilos y compositores, así como música más moderna, la cual exponen en su retreta dominical. Esa, que como defiende el maestro Echemendía, hay que preservar a toda costa, para que siempre triunfe el arte en función del bienestar y la cultura del pueblo”, expresó la estudiosa.

En sus inicios eran conocidos como Banda Municipal de Música y no fue hasta noviembre de 1919, con uniforme y escudo con lira y laurel, harían su primera presentación, por lo que para los años eran ya conocidos y destacaban donde se escuchara su música.

“Era la mejor música que se podía escuchar. No era necesario acudir a un teatro para conocer música universal, para deleitarse con piezas de Giuseppe Verdi o Gioachino Rossini o para saber de lo que Cuba fomentaba porque ellos la regalaban en las plazas”, explica Reinaldo Echemendía, clarinetista y director del Ballet Folclórico de Camagüey.

“Ellos eran de los que abrían su presentación con un paso doble, incluían un vals, luego algo de ópera hasta cerrar con un danzón, género que fomentaron y gustaba. Una variedad y versatilidad musical que los erige como una institución”, rememora Reinaldo.

Sin embargo, no todo ha sido gloria para el grupo, quienes, por falta de dinero de algunas alcaldías, así como los intentos de trasladarlos hacia el Casino Campestre, fueron elementos que por poco logran apagones musicales.

Aunque recuerdan que la crisis de ocho años sin local para ensayar o guardar los equipos fue la más dura, como afirma Vasconcelos Sánchez, quien funge como director desde el 2010. “En ese tiempo solo hacíamos desfiles y teníamos que cargar con los instrumentos. Fuimos perdiendo parte de nuestros archivos, de las partituras”.

Hasta que la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, con ayuda de otros, los ayuda a retornar al esplendor de antaño. Además, como recuerda Echemendía, quien tuvo como primer centro de trabajo a la banda: “a pesar de los bajos salarios, de los problemas, ellos permanecieron juntos para hacer la retreta. Esa es su fortaleza”.

Por último, Mabel Echevarría, profesora del Conservatorio de Música José White y bisnieta de Rogelio Pardo González, uno de los directores de mayor permanencia en la banda, dice que “si el Parque Agramonte es el corazón de la ciudad, la banda son sus latidos”.

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