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Abusos de la Policía en Holguín: vecinos denuncian red de corrupción

Altos funcionarios de la PNR son acusados de mantener relaciones con criminales, usar vehículos oficiales para fines personales y encubrir negocios ilegales

La Policía Nacional Revolucionaria (PNR) en Holguín está en el centro de una grave denuncia ciudadana sobre corrupción, abuso de poder y complicidad con delincuentes.

La denuncia, publicada recientemente en la página La Tijera, revela una estructura policial podrida en la que el uniforme funciona más como escudo de impunidad que como símbolo de seguridad para los ciudadanos del país.

Testimonios de vecinos y testigos locales señalan al jefe de sector Ernesto Ruffa como uno de los principales implicados. Ruffa es acusado de mantener relaciones con criminales, usar vehículos oficiales para fines personales y encubrir negocios ilegales a cambio de sobornos.

Durante su gestión en Alcides Pino, uno de los barrios más peligrosos de Holguín, presuntamente extorsionaba a mujeres sancionadas, ofreciéndoles “favores” para evitar que firmaran en los registros policiales, lo que constituye una violación grave.

El reporte también menciona a Mirailis Mildred Osorio Martínez, jefa de investigaciones en la unidad de Narciso López. Según los denunciantes, su estilo de vida es incompatible con su salario oficial.

Osorio Martínez frecuenta hoteles de lujo, restaurantes caros y fiestas privadas. Además, usa su posición para solicitar recargas y favores personales. Se le vincula sentimentalmente con superiores jerárquicos que también participan en irregularidades.

Otro acusado es el jefe de la cuarta unidad de la PNR, quien ha sido visto en compañía de Osorio Martínez en paladares y playas. Se le relaciona con la protección de negocios cuestionables a cambio de pagos ilegales. También figura Braulio, un empresario de una Mipyme (Micro, Pequeña y Mediana Empresa) local, quien paga regularmente para operar sin interferencias policiales.

Los vecinos de Alcides Pino describen a la policía como “un ballú” que no cumple con sus funciones, permitiendo que la delincuencia y los robos aumenten sin control. La frustración y el desamparo ante una institución que parece servir intereses propios son palpables.

En los comentarios de la misma publicación, los ciudadanos expresan una profunda indignación, señalando que, mientras las autoridades critican al capitalismo y a la corrupción en el extranjero, no mencionan los casos que se detectan en su propio país.

“Ese es el motivo por el cual la policía nunca se va a poner a favor del pueblo, porque son corruptos”; “Por eso la delincuencia avanza, por la corrupción tan grande que hay en este país” y “Ya la policía no está para el pueblo, ellos están para lucrar. Hace mucho tiempo que la policía no defiende a nadie”, fueron solo algunos de los comentarios.

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