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Anciana cubana celebró sus 105 años de vida en la ciudad de Santa Clara

La anciana indicó que tiene dos hijos, siete nietos y siete bisnietos, y que pronto tendrá un tataranieto al que espera conocer

Una anciana en la ciudad de Santa Clara, identificada como Amparo Hernández Hernández, se volvió noticia al celebrar su cumpleaños número 105 rodeada de sus seres queridos, lo que incluyó hijos, nietos y bisnietos.

El medio local Vanguardia compartió los detalles de esta celebración llena de “alegría desbordante”, pues todos sus seres queridos no dudaron en rodearla de cariño para celebrar un año más a su lado.

“Sus ojos ya casi no ven. Sus manos muestran arrugas bien marcadas. Su paso lento delata la cantidad de sus años”, inicia la publicación del medio estatal.

Según el citado periódico, Hernández es una de las más de 40 personas que cuentan con más de 100 años de edad en el municipio, y aunque ya no es tan ágil como antes, su mente sigue siendo tan perspicaz como siempre.

“Ella es una de los más de 40 centenarios del municipio de Santa Clara. Aunque ya no posee la agilidad de otros tiempos, su mente conserva una vitalidad propia de una niña”, se lee en el post de Facebook.

La publicación también compartió varias fotografías del festejo, las cuales muestran a la anciana rodeada de sus hijos y nietos, mientras todos posan en frente de unos globos que marcan su avanzada edad.

Hernández indicó que tiene dos hijos, siete nietos y siete bisnietos, y que pronto tendrá un tataranieto, por lo que ha pedido fuerzas para aguantar lo suficiente para conocerlo.

“Me extraño porque no puedo hacer las cosas que siempre he hecho. Tengo dos hijos, siete nietos y siete bisnietos. A todos los he visto nacer y a todos los he cuidado. Voy a tener un tataranieto. Solo quisiera vivir hasta que él naciera, para que mis ojitos, que casi no ven, lo vean”, dijo la anciana, quien se mostró muy feliz en sus fotografías.

Según la nieta más joven de la anciana, Esther Espinosa Zúñiga, Hernández tiene mucha energía para tener 105 años, pues aún puede hacer muchas cosas por su cuenta como bañarse y comer sola, mientras que también ayuda en la casa al lavar.

“Llegar a la edad de 105 años no es fácil. Ella tiene muchas funciones vitales que conserva, se traslada, se baña, lava, friega y come sola. A medida que pase el tiempo, sé que será más difícil”, dijo.

Esther dijo que vivir junto a la anciana es como vivir con un niño que recién está comenzando a caminar, y dejó en claro que desea pasar aún más tiempo junto a su abuela.

“Hasta ahora es un gozo tenerla. Es como tener un niño, ella es como un niño que está empezando a caminar. Ojalá tengamos la bendición de tenerla unos años más”, afirmó.

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