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Científicos apuestan por las macroalgas marinas para controlar el exceso de CO2 en la atmósfera

Un grupo de investigadores pertenecientes a la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá, en el Centro de Investigación del Mar Rojo y el Centro de Investigación de Biociencia Computacional (CBRC), Arabia Saudita, han publicado un estudio sobre las macroalgas marinas en la revista Nature Geoscience.

La conclusión de su investigación es que estas especies “desempeñan un papel clave en el secuestro de carbono de la atmósfera debido a que viajan mucho más allá de las zonas costeras. Las algas o macroalgas forman los hábitats costeros con vegetación más extensos y productivos. Colonizan todas las latitudes y son eficientes para capturar CO2 atmosférico y convertirlo en material vegetal”.

El estudio incluyó un extenso trabajo de campo donde se recolectaron muestras del CO2 en la superficie del océano hasta más de cinco mil kilómetros de la costa.

Se pudo concluir que el trabajo de síntesis de estas algas tiene el poder de hundir el carbono hasta profundidades oceánicas por debajo de 1.000 metros, lo que significa que es poco probable que regrese a la atmósfera.

“Este hallazgo tiene enormes implicaciones sobre cómo se calcula el presupuesto global de dióxido de carbono –destaca la estudiante Alejandra Ortega, la primera autora del estudio–. Indica que las macroalgas son importantes para el secuestro de carbono y deberían incluirse en las evaluaciones del carbono acumulado en el océano, conocido como carbono azul”.

Cuando se realizan las estimaciones de emisión de carbono a la atmósfera se suele sacar de la ecuación a estas algas pues estas plantas marinas sin raíces no permanecen en el mismo lugar, sino que se desplazan con las corrientes y las mareas.

Con el trabajo de los expertos quienes sacaron muestras de ADN durante las expediciones de la Dragon Metagenomic Analysis Platform (DMAP), se compararon muestras de distribución geográfica gracias al programa desarrollado por bioinformáticos CBRC, lo que permitió que por primera vez se proporcionará evidencia semicuantitativa de la presencia de macroalgas más allá de la costa.

“Todavía se necesita trabajo para poder traducir una cantidad específica de ADN en una cantidad específica de carbono orgánico en un taxón específico, pero encontrar ADN de macroalgas es el primer paso”, asegura Ortega.

 

Con información de Reuters

 

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