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Sargazo invade playas de Cuba y amenaza el turismo y la pesca

Las algas proliferan por la contaminación de los mares y el cambio climático, Cuba a diferencia de otras naciones no tiene protocolo para el problema

El sargazo, un fenómeno natural que afecta el ambiente de México y otros países del Caribe desde hace años, finalmente ha llegado a Cuba y amenaza el turismo de las principales playas de la Isla.

La Empresa Pesquera Guantánamo advirtió esta semana sobre la llegada masiva de sargazo a las costas de la provincia, un fenómeno que coincide con el inicio del verano y afecta negativamente actividades como la pesca, la recreación en la playa y otras prácticas marítimas.

El periodista local Miguel Noticias calificó la situación como un “zarpazo de sargazo” y describió sus consecuencias: malos olores por la descomposición del alga, problemas respiratorios en la población, mortandad de peces y otras especies, y daños en estructuras metálicas y objetos domésticos.

“Este fenómeno natural asfixia ecosistemas marinos, ahuyenta al turismo y compromete la pesca local”, afirmó.

La acumulación de algas representa una amenaza ambiental y social agravada por la falta de recursos para su recolección.

En mayo de 2025 se registró una cifra récord de cerca de 38 millones de toneladas de sargazo flotando en el Atlántico tropical, superando el récord de 22 millones de 2022.

Proyecciones científicas anticipan que el volumen podría superar los 40 millones de toneladas en los próximos meses, con impacto directo sobre el Caribe.

El sargazo, al llegar a tierra, se descompone y libera sulfuro de hidrógeno, un gas con olor penetrante que irrita ojos y vías respiratorias, además de deteriorar la calidad del aire.

En el mar, impide el paso de la luz solar, eleva la temperatura del agua y reduce el oxígeno, lo que perjudica ecosistemas como los arrecifes, los pastos marinos y poblaciones de tortugas, peces y erizos.

Las causas del fenómeno están relacionadas con múltiples factores, como el aumento de nutrientes como nitrógeno y fósforo, vertidos por ríos como el Amazonas y por el vertido de desechos humanos en el mar.

También intervienen el cambio climático y alteraciones en las corrientes marinas, que han favorecido el crecimiento del alga y su desplazamiento hacia el Caribe.

Mientras países como México han implementado barreras, barcos recolectores y plantas de tratamiento para mitigar su impacto, en Cuba la respuesta se ve limitada por la falta de infraestructura y recursos técnicos.

Especialistas coinciden en la necesidad de una estrategia regional que incluya monitoreo satelital, recolección en altamar, inversión en sistemas de tratamiento y modelos para su uso económico sostenible.

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