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¿Cuál es el significado de la frase “el Cerro tiene la llave”?

Hubo un tiempo en que la barriada del Cerro podía compararse con la de Miramar. El Cerro fue seleccionado en el siglo XIX para instalar las casas campestres para uso veraniego, quintas y residencias de cónsules, condes, marqueses y cubanos adinerados, todas de estilo neoclásico. Mientras que, en el siglo XX, albergó la sede de la embajada de los Estados Unidos de América.

“Jamás ha tenido La Habana –según Joaquín E. Weiss, en La Arquitectura Colonial Cubana– un barrio más homogéneo en su estilo, ni con residencias de tanta prestancia, émulas de villas italianas”.

Por aquel entonces, hablábamos de un lugar privilegiado donde solo unos pocos podían ir a vivir y escapar del bullicio de la ciudad intramuros, aunque estaba muy cerca. Tenía conexión con los poblados de Puentes Grandes y Marianao y se abastecía de agua, fácilmente, a través de la Zanja Real, primer Acueducto de la ciudad.

Atendiendo a lo anterior y, de acuerdo con los autores del libro Paseo por La Habana, Ciro Bianchi y Evelio Toledo, se dice que el Cerro tiene la llave porque, además de la Zanja Real, por esta barriada pasan las conductoras de los sucesivos acueductos que surtieron de agua a La Habana a través de los siglos: Zanja Real (1548-1835, acueducto que transportaba el agua por gravedad), Fernando VII (1835-1855, sistema de abasto mediante cañerías), Albear (1893-actualidad, contaba con un depósito de recepción y distribución del preciado líquido).

A través de su territorio, estratégicamente ubicado, llegaba el agua al resto de la ciudad: en sus terrenos está el denominado sitio arqueológico del Husillo, donde aún hay restos de la presa de igual nombre, y dentro de su geografía también se ubican los depósitos de Palatino o tanques de distribución del Acueducto de Albear. Esto contribuye a reafirmar la teoría de marras.

Otra versión alude a que la frase proviene del título de la canción del género guaracha compuesta por Fernando Noa, en 1949, y que musicalizara e hiciera famosa el tresero y compositor, Arsenio Rodríguez, conocido como “El ciego maravilloso”.

Esta, como otras representativas dentro de la música cubana de la canción bailable, tiene un tempo rápido y un texto picaresco. Su letra dice: La bola se va extendiendo/ con un grupito en el cerro/ ella sabe compartir/ sin alabanza ninguna y le cantan un rumbón/ calientico y sabrosito/ el cerro tiene la llave/ la rumba/ la llave pa` gozar. Aquí no se hace referencia a aguas ni a acueductos, sino a la rica tradición y variadas manifestaciones de la cultura popular que tienen lugar en esta barriada.

Sin embargo, existe otra hipótesis: en la página web de la emisora Radio Rebelde, reseñan que la frase está relacionada con el hecho de que en este municipio se sitúen tres de los baluartes del deporte capitalino, sedes deportivas como el Estadio Latinoamericano, casa de los leones de la capital, como se le conoce al equipo de béisbol Industriales; el Palacio de los Deportes o Coliseo de la Ciudad Deportiva y el complejo de canchas de Pelota Vasca Raúl Díaz Arguelles.

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