Livia Brito ha dado un impresionante brinco en la pantalla chica. Desde su primer papel protagónico en la televisión hasta su último éxito en Mujer de Nadie, la actriz no ha parado de conquistar a la audiencia.
Actualmente, la cubana se encuentra grabando la nueva telenovela de Televisa, Minas de Pasión, donde da vida a Emilia, la protagonista.
La bella actriz comparte el rol protagónico con Osvaldo León, se espera que la producción sea un éxito, no solo en México, sino también en Estados Unidos.
Pese al duro impase que tuvo la cubana con un reportero gráfico mexicano, hecho que la mantuvo en un retiro obligado de la televisión, su regreso le dio continuidad a la fuerza que traía en la industria artística de México.
La actriz que ha declarado sentirse mexicana de corazón a pesar de haber nacido en Ciego de Ávila, provincia central de Cuba. La joven llegó a este mundo en 1986 y heredó de su familia, no solo las apariencias físicas, sino también el gran talento artístico de sus padres.
Su madre Gertrudis Pestana es una reconocida bailarina; mientras que Rolando Brito es un famoso actor que tuvo la oportunidad de protagonizar varios dramatizados tanto en Cuba como en México. Así que desde pequeña, la actuación corría por las venas de Livia, quien años después también cruza las fronteras hasta radicalizarse en tierra azteca.
Aunque sus padres eran muy reconocidos en el mundo del espectáculo y el arte, Livia Brito vivió una infancia muy normal en Cuba. La actriz cuenta que disfrutó junto a sus más allegados, y compartió hermosos momentos con su familia y con amigos.
Incluso, en recuerdo de aquellos días, Brito ha compartido varias imágenes de su familia y de su infancia en Cuba en las redes sociales.
¿Pero cómo llega la cubana a México y a qué se dedicó al llegar? La primera migración que realiza Livia es la interna, pues por su trabajo viaja de Ciego de Ávila a La Habana, donde se radicaliza con sus padres.
Con apenas 13 años, la cubana de la isla junto a sus padres, rumbo a la tierra del tequila y el mariachi.
Al llegar a México, el primer trabajo de la cubana no tuvo nada que ver con la actuación ni el espectáculo, sino que debió dedicarse a trabajar como mesera en el restaurante que abrió su padre.
Pero, Livia Brito también quiso dedicarse a la actuación, al igual que don Rolando, así que dejó la cocina y las mesas, para estudiar en el Centro de Estudios Actorales de Televisa, donde comenzó un sueño que hoy se ve materializado gracias a su belleza y constancia.
