El segundo peor índice de democracia en América Latina se lo llevó Cuba, en el análisis presentado por la Unidad de Inteligencia de The Economist, que calificó a la nación con 2,84 en la categoría de regímenes autoritarios de un máximo global de 10 puntos, solo por debajo de Venezuela, que obtuvo 2,76.
El estudio que analiza el comportamiento democrático en 167 países del mundo segmento en cuatro categorías las puntuaciones:
- Democracias plenas
- Democracias imperfectas
- Regímenes híbridos
- Regímenes autoritarios, encontrándose en esta última categoría tanto Cuba como Venezuela y Nicaragua
The Economist asegura que el 2020 fue un año “muy malo” para la democracia en el mundo, habiendo el coronavirus forzado un retroceso “sin precedentes” en las libertades ciudadanas, en una visión global.
Democracias plenas en América Latina
En América Latina, países como Chile, Uruguay y Costa Rica, fueron incluidas en la categoría de democracia plena; mientras que otros como Colombia, Brasil y Argentina se encuentran como democracias imperfectas.
Para el análisis sobre la democracia, The Economist evalúa aspectos como:
- El ámbito electoral
- El pluralismo en ellos
- El funcionamiento del gobierno
- La participación política
- La cultura política democrática
- Las libertades civiles, consiguiendo desde hace algunos años cómo el valor ha venido sufriendo daños a nivel mundial. Ejemplo de ello es la situación de América Latina.
Para 2016, Cuba era el único país de la región que entraba en la categoría de regímenes autoritarios, con una ponderación mayor que la actual de 3,46; lo que significa no solo un retroceso para la isla sino para toda América Latina, ante la situación en Venezuela y Nicaragua.
En la ponderación que realizaba en 2017 The Economist para ubicar a Cuba en la cabeza de los regímenes autoritarios de América Latina, abordaba la situación del sistema político monopartidista, impidiendo la pluralidad de pensamiento y asociación, aún en el contexto de estrechar relaciones con Estados Unidos y las modestas, o convenientes, reformas económicas.
“Hay un sistema de elecciones, pero no hay una oposición real. Las elecciones a la legislatura, llamadas Asamblea Nacional del Poder Popular, se han permitido desde 1992, pero solo hay una lista única de candidatos oficiales, que los votantes aprueban o rechazan”, publicó en su análisis la Unidad de Inteligencia.
Además toma en consideración la persecución y hostigamiento que mantiene el régimen de Cuba sobre quienes disienten del sistema político, que durante los últimos años, aunque ha mutado a otras formas represivas, se ha mantenido e incrementado.
