Luego de que Rusia iniciara una invasión militar en el territorio ucraniano, varias naciones y compañías han decidido implementar sanciones en contra del Gobierno de Vladímir Putin, una de las más recientes es la aerolínea estadounidense Delta Air Lines, la cual suspendió su acuerdo de código compartido con la rusa Aeroflot.
De acuerdo con un comunicado compartido por Delta Air Lines, esta medida entró en vigencia de manera inmediata el viernes 25 de febrero.
“Hemos removido nuestro código de los servicios operados por Aeroflot más allá del aeropuerto Sheremetyevo de Moscú, y removido el código de Aeroflot de los servicios operados desde Los Ángeles y Nueva York-JFK”, indicó la aerolínea.
De acuerdo con la compañía, aquellos pasajeros afectados por los cambios serán reubicados a otros vuelos de manera apropiada.
Es necesario recordar que Delta Air Lines no opera vuelos regulares de Estados Unidos hacia Rusia, pero su contraparte rusa ofrece servicios desde Moscú hacia Nueva York-JFK con una frecuencia de doce vuelos semanales, y hacia Los Ángeles (9 vuelos a la semana) y Miami (tres vuelos a la semana).
Con esto, la aerolínea rusa ha perdido potencialmente la venta de hasta 11.204 pasajes semanales entre Rusia y EEUU.
Cierre de espacio aéreo
Estados Unidos no es el único país que ha utilizado los vuelos y el espacio aéreo para sancionar el comportamiento de Rusia en la última semana, pues Polonia y República Checa anunciaron que estarían prohibiendo la entrada de cualquier aeronave rusa a su territorio a partir de este viernes.
La medida fue confirmada por el primer ministro polaco Mateusz Morawiecki, quien calificó el movimiento militar de Rusia hacia Ucrania como una agresión injustificada que merecía una respuesta rotunda.
Tras el anuncio de Polonia, Martin Kupka, ministro de transporte de la República Checa, dijo que su Gobierno había tomado la misma decisión y planeaba hacerla vigente a medianoche del 25 de febrero.
De manera similar, trascendió que Suecia y Finlandia cerraron sus fronteras aéreas a un avión en particular, el cual transportaba a Vychaeslav Volodin, presidente de la Duma Estatal rusa, quien acababa de concluir unas visitas a Cuba y Nicaragua.
El funcionario salió de La Habana y planeaba pasar sobre estas naciones, las cuales le negaron la entrada, lo que provocó que su aeronave se desviara y su vuelo se alargara varias horas.
