El Consejo de Estado de Cuba aprobó el pasado viernes el Decreto-Ley de Bienestar Animal, una legislación reclamada desde hace varios años por activistas y organizaciones defensoras de los animales.
De acuerdo con reportes de la agencia de noticias Efe, la aprobación de la normativa estaba inicialmente prevista para noviembre del pasado año, pero su retraso provocó un despliegue frente a la sede del Ministerio de la Agricultura, en La Habana. Como respuesta, el organismo prometió que el decreto sería tramitado antes de que terminara febrero.
“Esta disposición normativa establece las obligaciones de las instituciones y las personas naturales respecto a la protección y cuidado de los animales, y contribuirá a concienciar a la población en el respeto y la tenencia responsable de los mismos”, reza un comunicado oficial del Parlamento cubano.
La aprobación de la política del bienestar animal fue celebrada como un importante triunfo de la sociedad civil independiente que, al margen de las organizaciones de masas oficialistas, se ha articulado en los últimos dos años en torno a diferentes causas como la lucha contra la violencia de género y los derechos de la comunidad LGTBI+.
Por su parte, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, aseguró que el decreto es un resultado directo del “diálogo con la población” y un “fiel reflejo de nuestra democracia socialista”.
La construcción de la normativa tomó más de un año e involucró a un grupo de trabajo compuesto por 42 funcionarios de organismos estatales, centros de investigación, productores, criadores y asociaciones vinculadas con la crianza y producción animal.
“Tiene como premisas fundamentales la conservación de la diversidad biológica, la cultura general integral de la población y la necesidad de evitar malos tratos, abuso y crueldad sobre los animales”, señala la nota gubernamental.
Pautas de la ley de bienestar animal
En el documento se establecen las responsabilidades de los órganos del Estado y formas asociativas vinculadas al bienestar de los animales y los principios que las rigen, así como la responsabilidad individual de propietarios, tenedores y poseedores de animales para satisfacer sus necesidades básicas y las obligaciones de los criadores.
Otro de los puntos se centra en las obligaciones de los médicos veterinario y las normas de bioseguridad y manejo zootécnico en los establecimientos dedicados a la crianza de animales productivos, según las características de cada especie. Asimismo, se dedica un capítulo a los animales de compañía y los deberes de sus propietarios, poseedores o tenedores.
En materia de sacrificio, el texto dice que se deberá realizar de forma compasiva y rápida evitando el dolor y el estrés y garantizando una correcta manipulación y la matanza de manera humanitaria. De igual manera, regula los aspectos que deben cumplirse para el sacrificio de animales para el consumo humano y la matanza con fines profilácticos en caso de enfermedades graves de los animales.
Sin embargo, hasta el momento, la información oficial no detalla si la ley declara —o no — ilegales las peleas de animales como perros y gallos, uno de los asuntos más denunciados por los activistas. Al parecer, también habrá que esperar a la publicación del texto completo para conocer qué tipo de sanciones se aplicarán a quienes violen las nuevas regulaciones.
El Decreto de Bienestar Animal entrará en vigor noventa días después a su publicación en la Gaceta Oficial de la República.
