FARÁNDULA

Elon Musk anuncia su renuncia como CEO de Twitter en medio de pérdidas millonarias

El empresario multimillonario Elon Musk, propietario único de Twitter, anunció que dimitirá de su puesto como director ejecutivo (CEO) en cuanto encuentre a alguien que lo sustituya.

A través de su perfil en la misma red social, el fundador de SpaceX indicó que planea renunciar al manejo general de la empresa de redes sociales, y que solo se encargará de dirigir los equipos de software y de gestión de servidores.

Con su acostumbrada irreverencia, el magnate compartió un tuit en el que anunció sus intenciones, luego de lanzar un sondeo en el que cuestionó a los usuarios sobre si debería o no seguir al frente de la compañía.

En las primeras 12 horas tras lanzar su encuesta, más de 17 millones de cibernautas votaron, y un 57% le pidió abandonar su posición.

“Renunciaré a mi puesto como CEO tan pronto como encuentre a alguien suficientemente tonto como para tomar ese puesto”, tuiteó, sin dar otros detalles.

Pese a que no está comprobado que los votos hayan sido emitidos por usuarios legítimos de la plataforma y no por bots, varios medios reportaron esta semana que Musk se encuentra buscando activamente quien se haga cargo del puesto de director ejecutivo.

El portal económico CNBC incluso señaló que la búsqueda no comenzó este domingo, sino que lleva ya semanas activa, sin mucho éxito hasta el momento. También se desconoce si Musk está buscando candidatos de forma independiente a la compañía.

La crisis de Twitter

Luego de que en junio pasado se confirmara la venta de Twitter al magnate de 51 años, obligándolo luego de que intentara retractarse, el futuro de la compañía se tornó incierto.

A su llegada en octubre pasado, los temores de muchos de los empleados se hicieron realidad, luego de que Musk despidiera a los principales directivos y posteriormente a la mitad de la plantilla de más de 7.000 empleados (en ese momento) alrededor del mundo.

Luego del despido masivo, y para muchos, injustificado, tres cuartas partes de los empleados restantes renunció también en masa, en desacuerdo con los cambios administrativos de Musk, que incluyeron una extensión de sus jornadas laborales y la disminución de sus prestaciones.

A esto se sumó la fuga de varios de sus principales anunciantes, incluyendo firmas como Volkswagen (y todas sus filiales), por la incertidumbre respecto a las políticas de contenido, que Musk ofreció “suavizar” en nombre de la “libertad de expresión”.

La situación llevó al incremento de cuentas que fomentan distintos discursos de odio, como el supremacismo blanco, antisemitismo, homo y transfobia, entre otros, lo que siguió ahuyentando a los anunciantes y poniendo en incertidumbre el destino de la red social en varios países, cuyas políticas son quebrantadas por la falta de censura a estos discursos.

De momento, el propio Musk ha declarado que Twitter “va directo a la bancarrota” y para enjugar las pérdidas ha vendido dos grandes paquetes de sus acciones de Tesla entre noviembre y diciembre, por valor de 3,650 millones y 3,900 millones de dólares, respectivamente.

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