Militares y sanitarios cubanos en las fronteras interprovinciales para frenar al coronavirus

La pandemia de coronavirus ya tiene más de 700 infectados en Cuba y se ha cobrado la vida de 24 personas hasta este 15 de abril, a más de un mes de haberse registrado el primer caso en la Isla. Las autoridades gubernamentales optan por decretar una cuarentena seccionalizada a varias localidades, evitando con ello disponer de una medida de aislamiento general.

Para ello utilizan los llamados filtros sanitarios en las entradas y salidas de esos territorios, además de implementarlos en cualquier transportación de pasajeros que involucre el movimiento de trabajadores imprescindibles como el sector militar.

Pero ¿en qué consisten los filtros sanitarios?

Se trata de lugares habilitados en plena calle, a la entrada y salida de esas localidades aisladas o en centros de trabajo donde las personas a su paso deben lavarse las manos con una disolución de agua con cloro y mojarse los zapatos en un recipiente con igual preparación. Igual desinfección reciben los vehículos que transiten por estos puntos.

Además, existe personal médico que toma la temperatura para detectar a posibles sospechosos de coronavirus. Si la persona resulta sospechosa, se le aplica un cuestionario para indagar sobre posibles contactos con otras infectadas.

En una publicación en Facebook de la usuaria Yamilka Alvarez Ramos se ve como “en la Brigada de la Frontera, Orden Antonio Maceo, también se está en la primera línea de combate contra la Covid-19 y se cumplen estrictamente las medidas preventivas, las cuales incluyen a oficiales, soldados y trabajadores civiles”.

De igual forma, se ha reportado que las autoridades desinfectan con agua clorada las calles, parques, y otros espacios públicos con la esperanza que solo con esa sustancia se pueda eliminar el coronavirus que está demostrado que se transmite de persona a persona.

Para atacar el virus en el organismo humano, las autoridades sanitarias recomiendan medicamentos homeopáticos como el Prevengho-Vir y las tabletas de anamú, una planta que se da forma silvestre en Cuba, puede servir para los mismos fines. En Santiago de Cuba la producen en forma de tabletas.

Ambas cosas no curan el virus ni previenen que la persona se infecte, si “ayuda a mejorar el sistema inmune”.