El exesposo de la cantante estadounidense Britney Spears, Jason Alexander, confesó cuáles fueron sus razones para colarse en su boda con Sam Asghari en junio pasado.
Alexander explicó, en entrevista con el diario británico Daily Mail, que solo se coló en la boda de la cantante, celebrada en su mansión en California, para “asegurarse de que ella estuviera bien”.
“No podía dejar que se casara después de lo que habíamos conversado en los últimos dos años. No estaba allí para causar daños. Solo fui para hablar con Britney y asegurarme de que estaba bien y de que esto era lo que ella quería. Hablé con ella el lunes anterior a la boda y no mencionó nada sobre casarse”, señaló el hombre de 40 años.
Jason recalcó que no buscaba causar daños ni lastimar a nadie, y que únicamente temía por el bienestar de la ‘Princesa del Pop’.
“Hablamos de la gente con la que se junta y que los llama como sus amigos. Son socios de negocios que se benefician de ella. La mayoría de la gente no es consciente de lo que ha estado ocurriendo en el fondo”, agregó.
En opinión del exesposo, la boda con Asghari y la nueva vida de Britney no son más que un show, y ella podría estar en un peligro similar al que estuvo con su familia durante la década pasada.
“Todo es un espectáculo. Un guion de Hollywood. No creo que ella sea feliz. Todo eso no es real”, señaló.
Alexander habló con el medio británico durante una excursión, a menos de tres kilómetros de la villa de estilo italiano en la que radica Spears, en California, y donde celebró su boda con Asghari.
Luego de irrumpir en la casa de la intérprete de Toxic el pasado 9 de junio, con la intención de interrumpir la mencionada ceremonia, Alexander fue condenado por allanamiento de morada y agresión, además de tener un orden de restricción, aunque libró el cargo de “acoso” que querían los abogados de la artista.
Jason se grabó a sí mismo y transmitió en vivo por sus redes sociales el momento en el que se coló por una ventana de la mansión, llegó hasta la capilla donde se celebraría la boda, y enfrentó a golpes a los guardias que pretendían sacarlo.
Todo el tiempo, Jason se mostró no violento, pero inestable, clamando que Britney era su “primera y única esposa”, y que iba a “recuperarla”.
Actualmente, es buscado por la policía por no haber comparecido ante el tribunal por el presunto robo de una pulsera de diamantes con valor de 2 mil dólares, que habría tomado de su casera en 2015.
Britney y Jason son amigos desde la infancia. En 2004 se casaron en Las Vegas después de una fiesta, pero el matrimonio fue anulado apenas 55 horas después, lo que él sostiene fue “a la fuerza”, obligado por la familia de ella, pues ellos no querían separarse.
