Exigen al escritor cubano expulsado de la UNEAC que se retracte y pida perdón
El escritor camagüeyano Pedro Armando Junco López fue expulsado de la oficialista Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) luego de publicar una carta en Facebook dirigida al designado mandatario cubano Miguel Díaz-Canel criticando la decisión de la dictadura de dolarizar la economía cubana.
“Cuando yo vi eso del que dólar era la moneda que se podía utilizar en determinadas tiendas pasé dos días muy incómodo. No pensando en mí, sino en el pueblo de Cuba, un pueblo completamente marginado, porque eso es marginar el dinero con el que se le paga. Es injusto, yo no la entiendo y no tengo calificativos para eso. Entonces esa noche no me podía dormir y como la computadora está en mi cuarto, en 15 minutos escribí la carta”, contó Junco López al medio independiente ‘La Hora de Cuba’.
Tras la publicación de su misiva en redes, el escritor reveló que funcionarios de la UNEAC intentaron persuadirlo para que se retractara de sus palabras y pidiera perdón.
“Me llaman de la UNEAC, me echan un regaño, me cierran en una habitación para decirme que yo estaba actuando muy mal, con la esperanza de que yo pidiera perdón y yo no tengo por qué. Soy un hombre totalmente libre y mis ideas están apoyadas por el artículo 54 de la Constitución. El lunes por la mañana llegan a decirme que soy expulsado de la UNEAC”, explica el autor de uno de los libros más completos sobre el desastre natural de Santa Cruz del Sur.
“Le he dado a la UNEAC lo mejor de mi literatura y nunca he querido mezclarme en asuntos de política, pero sí tengo unos principios éticos que no puedo pasar por alto, que nadie me puede a mí pisotear”, concluyó el escritor.
Para muchos artistas e intelectuales cubanos lo referido a las nuevas tiendas en dólares ha calado profundamente en su ética y moral, ya que no es posible justificar las decisiones políticas y económicas del país, cuando hay brecha cada vez más visible entre la clase que está en el poder y el “cubano de a pie”.
A continuación Asere Noticias reproduce la carta escrita por Pedro Armando Junco López:
Señor presidente Díaz-Canel:
En su último discurso ante el Consejo de Ministros, televisado y expuesto en la Mesa Redonda, usted hace públicas las determinaciones tomadas al más alto nivel, considerando de antemano la aprobación del pueblo sin consultarle, poniendo en tela de juicio la popularidad de estas medidas.
Cierto es que los sistemas autocráticos son libres en el accionar de sus ordenanzas y que ya es costumbre atávica en los cubanos resignarse a acatar y obedecer los decretos estatales. Pero me sentí profundamente señalado cuando usted dijo —con otras palabras, desde luego, pues no tengo grabadora en mi casa— que los enemigos de la Revolución utilizan las redes sociales para mentir y confundir a la ciudadanía.
Y es precisamente la palabra “enemigos” la que nos ha echado en el mismo saco a los que desean el derrocamiento del sistema que hoy nos dirige, junto a los ciudadanos cívicos que declaramos nuestra verdad y proponemos nuestras opiniones públicamente, por cualquier medio de expresión como reza en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, como instituye la nueva Carta Magna cubana y, sobre todo, como el Apóstol de nuestro país nos dejó por herencia: pensar y hablar sin hipocresía y trabajar para que nuestro gobierno sea bueno cuando consideramos que nuestro gobierno se equivoca.
Es lamentable que la situación económica de mi país, que es su país, haya colapsado y los haya obligado a tomar medidas que desde hace décadas todos sabemos constituyeron errores económicos garrafales, como la penalización del USD. Y más lamentable aún que se abran tiendas especializadas solo para quienes tengan divisas extranjeras, dando una bofetada humillante a la moneda salarial de todos los cubanos y ahora, hasta al injusto CUC, ayer equivalente del dólar y hoy tan segregado como el peso cubano tradicional.
Es lamentable, señor presidente, que lleguemos a tal extremo de abyección ciudadana y que usted nos tilde de enemigos cuando nosotros somos los verdaderos amigos de la Patria. Somos los que alertamos el cierre del turismo y de las escuelas y universidades al comienzo de la pandemia –reconocido, inclusive por el Primer Ministro–. Somos los que decimos hoy que abran la economía. Si existen enemigos de la Revolución, búsquelo entre los directivos de cuellos blancos, dirigentes militantes del Partido que se prestan a las menos pensadas ilegalidades, y castíguelos.
Pero deje de perseguir a los productores: permita que el pescador, pesque; que el agricultor siembre, que el ganadero críe (…) Deje al pescador que venda libremente su producto del mar, que el cosechero se las ingenie y comercialice sus siembras sin que medie el Estado, que el campesino mate su res y la venda al precio que le venga en ganas y se la compre el que pueda; porque por muy injusto que parezca, mayor injusticia es venderle al proletariado en una moneda que no circula en Cuba y a la que solo quienes tienen apoyo desde el exterior, pueden adquirirla.
Lea con detenimiento este exergo del discurso de Ignacio Agramonte en la Universidad de la Habana hace 158 años:
“La administración que permite el franco desarrollo de la acción individual a la sombra de una bien entendida concentración del poder, es la más ocasionada a producir óptimos resultados, porque realiza una verdadera alianza del orden con la libertad”.
Únase a nosotros, señor Presidente. Escúchenos a todos por igual: a quienes le adulan, a quienes pretenden destruirlo y a los que nos rompemos la cabeza buscando una salida feliz a la crisis económica que nos envuelve. Y tome luego sabias decisiones.
Evite el presagio del poeta:
(…) porque los pueblos que sufren
como la ortiga que llora
cuando de sufrir se aburren
echan veneno en las hojas.