Hace apenas unos días, Félix Ramón quería “morir de coronavirus” después de años viviendo en extrema pobreza, sin “agua, ni comida, ni esperanzas”.
Ahora este abuelo cubano no solo recuperó la esperanza, sino que siente un inmenso agradecimiento con un grupo de emigrados que se unieron para hacerle llegar alimentos y algo de ropa.
Según había denunciado uno de sus vecinos en las redes sociales, Ramón “sobrevive comiendo mangos de una mata que tiene en su patio, pues la miseria que le venden en la libreta de racionamiento apenas le alcanza para unos días”.
Su historia se hizo pública y fue compartida por miles de cubanos en Facebook. No pasó mucho tiempo hasta que por fin pudo recibir ayuda.
“Gracias a todos por sus muestras de apoyo hacia el pueblo necesitado y sobre todo los sectores más sensibles y olvidados por la dictadura”, escribió la página del opositor Movimiento Juvenil Camagüeyano.
Una de las personas que estuvo al tanto de su situación fue Juan Echezabal, quien también compartió en las redes una videollamada que mantuvo con Félix Ramón, donde se le puede ver más animado y hasta sonriendo.
“Acabo de hablar con Félix Ramón y lo primero que me dijo fue que estaba muy agradecido con todas las buenas personas que lo habían ayudado, que hasta hace unos días quería morirse por el agobio de la miseria en la que ha pasado su vida después de trabajar más de 50 años para Correos de Cuba”, señaló.
El anciano insistió en que gracias a la ayuda de los emigrados “había recuperado los deseos de vivir, que él sabe que no le quedan muchas afeitadas, pero que hoy está muy, muy feliz”.
