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Gemelas “milagro” en Sancti Spíritus estables tras nacer a las 28 semanas

Los médicos aplicaron el “método canguro”, en donde el contacto con su madre jugó un papel decisivo en su recuperación

En el Hospital Camilo Cienfuegos de Sancti Spíritus, el “método canguro”, que consiste en contacto piel con piel entre madre e hijos, desempeñó un papel decisivo en la recuperación de dos gemelas nacidas con apenas 28 semanas de gestación y menos de dos libras de peso.

En lo que se ha declarado por los propios médicos como un “milagro”, las pequeñas bebés prematuras han mostrado una favorable recuperación, pese a la falta de recursos y su grave estado.

Keily González Padrón aplicó esta técnica diariamente para estabilizar a sus hijas, Natali y Nicol, quienes llegaron al mundo en condiciones críticas y requirieron atención médica intensiva desde el primer momento.

Ambas necesitaron reanimación inmediata y fueron conectadas a ventilación mecánica. Nicol, la segunda en nacer, enfrentó complicaciones pulmonares graves.

El caso fue documentado por el medio oficialista Cubadebate y calificado como uno de los más complejos atendidos en ese centro de salud en los últimos años.

Durante casi tres meses, un equipo compuesto por cuatro enfermeras y dos neonatólogos por turno mantuvo una vigilancia constante, ejecutando cada procedimiento médico sin margen de error.

“Verlas succionar con fuerza, escuchar su llanto rebelde y descubrirlas rosadas en el pecho de su madre es la mejor recompensa a tantas guardias sin dormir”, afirmó la doctora Yainara de Armas, una de las especialistas a cargo del seguimiento.

Además del equipo médico, la participación activa de los padres fue clave en el tratamiento. Keily sostuvo a sus hijas sobre su pecho como parte de la terapia.

“Cuando las coloco sobre mi pecho, noto cómo se calman”, relató. El padre también se integró al proceso, alternando con la madre las sesiones de contacto directo.

Cada interacción contribuyó al progreso de las gemelas, mejorando funciones vitales y favoreciendo la ganancia de peso.

“No era un solo héroe, sino una compañía entera que velaba por ellas”, comentó una enfermera del servicio de Neonatología.

El parto ocurrió un día antes del cumpleaños 35 de Keily. Hoy, con sus hijas fuera de peligro, recuerda la experiencia como un punto de inflexión.

“Cada lágrima de miedo se transformó en una sonrisa de victoria”, expresó.

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