Las autoridades cubanas han reconocido el robo de más de mil cilindros de gas en dos puntos de venta de la empresa Cuba Petróleo (Cupet) ubicadas en La Habana, algo de que culpan al poco control administrativo que tienen los establecimientos.
Según el medio estatal Tribuna de La Habana, el secretario del Comité Provincial del Partido (PCC) en la capital, Luis Antonio Torres Iríbar, dijo que estos hechos se han registrado en las últimas semanas.
De igual manera, se indica que ya están ejecutándose las investigaciones correspondientes, las cuales sugieren que existe una complicidad de algunos trabajadores en la sustracción de los cilindros de gas.
Pese a que algunas zonas de la capital reciben gas a través del sistema de distribución de tuberías, la mayoría de los residentes dependen de las llamadas balitas para poder cocinar sus alimentos.
En el pasado, Cupet ha señalado que no puede incrementar los contratos de venta de gas licuado debido a la falta de cilindros, los cuales deben ser importados desde el extranjero a falta de materia prima para producirlos en Cuba.
Debido a esto, el robo de más de 1.000 de estos contenedores representa un golpe considerable para el Gobierno de la Isla, sin embargo, estos número no son nada comparados con el problema real, pues la directora comercial Cupet, Lidia Rodríguez Suárez, indicó a mediados de año que se tiene un déficit de más de 100.000 cilindros para mantener de manera estable una venta y recogida de recipientes.
El robo de estos cilindros, los cuales son propiedad de la entidad estatal, demuestran que las autoridades de Cupet no administran los bienes de forma eficiente, a diferencia de cómo lo haría un negocio privado, demostrando que el modelo socialista manejado por la empresa estatal no es el adecuado para este tipo de negocios.
Durante la misma reunión en la que Torres Iríbar denunció el robo de los más de mil cilindros de gas, el funcionario llamó la atención a otro problema común en La Habana, el aumento excesivo de precios.
“Se han detectado casos donde ha primado el afán de obtener miles de pesos a toda costa sin relación alguna con los gastos, afectando a los consumidores. Las instituciones estatales, sobre todo las del sector presupuestado, deben ser cuidadosas en sus contratos con las cooperativas y otros actores, porque se han detectado pagos exorbitantes por servicios que no se justifican”, dijo el funcionario castrista.
Sin embargo, lo que no menciona Torres Iríbar es que los bajos salarios del pueblo cubano, así como la alta inflación que se vive en la Isla desde hace años son las que obligan a los residentes a ejecutar este tipo de acciones, pues no les queda de otra para ganarse la vida en medio de una crisis económica como la que se ve en Cuba.
