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Habana Vieja: vecinos del edificio derrumbado habían alertado al régimen

Estas personas advirtieron del peligro a las autoridades desde hace meses, pero afirman que nadie les hizo caso

Un residente en la calle Lamparilla, en Habana Vieja, denunció que los derrumbes ocurridos durante la noche del martes y la madrugada del miércoles, pudieron haberse evitado, pues la mala condición del inmueble le fue comunicada a las autoridades meses atrás, aunque estas terminaron ignorando las denuncias.

Esta persona, quien decidió no revelar su identidad, afirmó al medio Radio Martí que las malas condiciones del edificio eran evidentes, por lo que advirtió a todas las personas que pudo.

“Evidente que se iba a caer. Soy el que alerté a todo el mundo hace cinco meses de que eso se estaba derrumbando, que salieran”, afirmó.

De acuerdo con sus declaraciones, las autoridades locales recibieron múltiples alertas en los últimos meses, pero no hicieron nada por reparar el edificio.

El citado medio señala que los residentes del lugar, ubicado en la calle Lamparilla No. 362, sabían muy bien que había peligro de derrumbe, pero que decidieron no abandonar sus hogares debido a que no tenían a donde ir.

Derrumbe en Habana vieja

El derrumbe inició durante la noche del martes 3 de octubre, cuando una brigada de bomberos acudió al lugar para ayudar a evacuar a los 13 núcleos familiares que habitaban el inmueble.

Horas después, un segundo derrumbe dejó a varias personas atrapadas debajo de los escombros, entre ellas dos de los rescatistas que acudieron a ayudar.

El incidente cobró la vida a los bomberos Yoandra Suárez López, de 40 años, y Luis Alejandro Llerena Martínez, de 23, así como la del residente del edificio, Ramón Páez Frómeta, de 79 años, cuyo cuerpo fue el último en ser sacado de entre los escombros.

De igual manera, se sabe de dos personas que fueron ingresadas en el hospital ‘Calixto Garxía’ a causa de heridas sufridas durante el derrumbe. Estas fueron identificadas como Alberto Arias Lores, de 97 años de edad, quien ingresó con un trauma craneal simple, y Eduardo González Rodríguez, de 31, quien sufrió un trauma en antebrazo y la mano derecha.

Los rescatistas fueron despedidos este jueves, siendo enterrados con honores militares en el Panteón de los Bomberos del Cementerio de Colón.

 

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