Ante la llegada del royal baby, finalmente Meghan y Harry tendrán que desempeñar su rol de papás. Esta vez, conscientes del cambio que experimentará su vida después del nacimiento, la pareja de la realeza decidió tomarse unos días de vacaciones románticas, uniéndose así a la famosa moda del Babymoon.
Según la corresponsal del periódico británico The Sun, Emily Andrews, los duques reservaron el apartamento más caro del hotel, que tiene un precio de más de $10,000 por noche. Por esa impresionante suma, la pareja podría disfrutar de su propio comedor, terrazas y 400 acres de impresionantes vistas al campo, el lugar perfecto para relajarse y disfrutar del tiempo juntos lejos de los focos de los paparazzi.
Este hotel cinco estrellas se encuentra cerca de Windsor, en las proximidades de su nuevo hogar en Frogmore Cottage, por lo que no sería de extrañarse que la pareja se hubiera hospedado en el lujoso hotel mientras se realizaban los preparativos para que pudieran disfrutar de su nuevo hogar.
“A Meghan solo le faltan dos semanas para dar a luz, así que Harry quería consentirla”, indicó un amigo de los futuros padres al diario The Sun.
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